El placer de una buena pizza

Durante muchos años comía bastante. Algunos episodios de ansiedad debidos a una operación quirúrgica que tuve hicieron que aumentara de peso. Me costó mucho bajar este sobrepeso y tuve que ponerme a dieta. Probé varios tipos de dieta y al final, con una clásica dieta combinada con deporte logré mi objetivo.

Después de haber pasado este vía crucis, ahora sé lo que debo y cuando debo comerlo. Existe una comida que antes y ahora la sigo comiendo, solo que ahora lo que como lo gasto haciendo running y antes lo guardaba en mi barriga jeje.

Me gusta todos los sábados por la noche ponerme una buena película y comerme una pizza buena. Tengo la suerte de que próximo a mi casa tengo una Pizzería magnífica y al ser un cliente habitual siempre me hacen alguna gracia en el precio. Ya soy allí como de la familia, no hay viernes que falte a la cita.

Siempre hago lo mismo, me bajo tranquilamente dando un paso de unos 10 minutos y pido una buena pizza con los mismos ingredientes. Han ido sacando nuevos tipos, pero yo sigo fiel, bacon y jamón que no falten. La diferencia que tiene con respecto a las típicas franquicias es que no hay nada masivo ni robótico, el trabajo que realizan lo hacen con arte, con mimo y eso se refleja en el sabor.

Recuerdo que a las pocas semanas me dijeron que también tenían servicio a domicilio, pero, aunque bueno era saberlo, no lo he utilizado mucho, me gusta bajar a por ellas y ya es como un ritual. Lo curioso de esta pizzería es que hacen realmente las pizzas como en Italia, pero con la masa más gruesa.

Lo mejor de las pizzas italianas

Siempre es lo que achacaba a las pizzas en Italia, muy grandes sí, pero con esa masa tan fina, más de una vez terminabas con hambre después de comer. En esta pizzería además cuentas con unos trabajadores muy amables que siempre tienen la mejor sonrisa con los clientes y que se nota que realmente le ponen cariño al realizar sus pizzas. Realmente tenemos en Inca una suerte enorme de contar con ellos.

Siempre que conozco a alguien nuevo en el trabajo y no vive lejos, le comento de la existencia de esta pizzería, por lo que casi parezco un comercial. Algo bueno es que todos al final me lo terminan agradeciendo. La relación calidad /precio es excepcional y merece la pena degustar pizzas como estas. Además, también tienes más ingredientes y bebidas para llevarte a tu casa.

No me extraña que tengan tanto éxito y me alegra que negocios de este tipo tiren para adelante y que la clientela reconozca su trabajo. Mientras yo seguiré todos los sábados por la noche bajando a mi cita con un pedazo de Italia bien rico para mí en mi barrio.

 

 

Scroll al inicio