¿Os habéis parado a pensar en cómo puede influir el entorno en nuestro estado de ánimo? Normalmente se oye hablar del clima metereológico e incluso de lo bien que sienta pasar un día lejos de la urbe disfrutando del aire libre en el campo o en plena naturaleza, pero esto puede ir mucho más allá. No se trata sólo de la necesidad del cuerpo humano por el aire, el desahogo o el sol, sino que la decoración de la estancia en la que te encuentres influye notablemente también en nosotros mismos.
Es por ese emotivo por el que las teterías tienden a tener colores cálidos con luz tenue y los parques de bolas para niños colores vivos y llamativos, no es sólo por lógica, es también por lo que se pretende proyectar de ese lugar. Relax versus diversión. Por eso, en los dormitorios deberíamos huir de las paredes con colores demasiado luminosos y optar por tonos suaves, pasteles o, simplemente, colores neutros.
Pensad, por un momento, en tener un salón de color rojo. No me refiero a un salón donde el color rojo tenga presencia, sino a un salón con las cuatro paredes de este color. Puede que al principio, si se tiene cierto gusto decorando, consigamos una estancia elegante, bonita y de nuestro agrado, pero pasadas unas semanas, o meses, la estancia se nos caerá encima como un alud de nieve cada vez que queramos descansar viendo la televisión en la chaise longe del sofá. Por eso es tan importante saber muy bien qué uso pretendemos darle a una estancia antes de pensar en los colores que vamos a utilizar y en los muebles que queremos que llenen cada rincón.
Visualizad la habitación y pensad qué queréis conseguir de ella
Un buen truco es ver ejemplos de ambientes, e incluso de muebles concretos, en diferentes webs. Podéis echar un vistazo en Dismobel o en esta tienda de muebles online, Círculo Muebles, que son dos de las grandes en Internet, y podéis ir viendo qué es lo que gusta o, mejor aún, lo que pretendéis conseguir de una estancia concreta en vuestro hogar.
Tampoco os volváis locos buscando las últimas tendencias porque al final va a dar igual lo muy a la moda que tengas el comedor o el dormitorio, ya que eres tú quien va a vivir en él y es a ti a quien debe resultar cómodo y confortable, no a la revista decorativa más fashion de los kioskos.
Mi recomendación es que uses los colores más neutros que encuentres, tipo grises, beis e incluso algún que otro marrón no demasiado cargado para paredes, y a veces también muebles, porque luego siempre puedes dar un toque de color con el textil del hogar (cojines, cortinas, alfombras…), elementos decorativos, y cosas más sencillas de cambiar que una pared.
Una vez que tengas eso claro, lo demás es muy sencillo. Si buscas un espacio de paz para descansar, no recargues mucho la estancia e incluso te diría que no uses demasiados toques de color y optes por el blanco. Si, por el contrario, lo que pretendes decorar es una habitación de juegos (infantiles o no), siempre puedes dar rienda suelta a tu imaginación, aunque deberías evitar mezclar colores demasiado similares en una misma paleta como el rojo y el naranja o el verde y el turquesa porque, por mucho que te gusten, cargarás demasiado el ambiente. Es mucho mejor que busques un contraste claro entre las gamas de colores con, por ejemplo, rosa y verde, azul y blanco o rojo y negro. Todo es cuestión de gustos pero si no piensas las cosas y te pones a decorar a lo loco es posible que acabes harta en menos de un mes.