He escuchado a numerosas personas hablar de: “tengo fobia social y necesito ayuda”; “siento miedo al mostrarme a los demás”. Tener fobia social, o como ahora se dice Trastorno de Ansiedad Social (TAS), por ejemplo, es asumir montones de características y condiciones. No es simplemente ponerse nervioso cuando nos relacionamos con gente o cuando hablamos ante un público. Internet está plagado de información que puede ser correcta o no, pero que normalmente no se ajusta al caso concreto de cada individuo. Por eso, es peligroso que por tener un par de características de determinada condición o trastorno que leemos por ahí, nos atribuyamos un factor tan grande y que puede generar distintos problemas a largo plazo.