El ocio español, cultura de terraza

Con la llegada de la primavera comienza la temporada alta de las terrazas, a los españoles nos gusta mucho salir a tomar algo y sentarnos en una terraza en cuanto vemos que asoman los rayos de sol. La cultura del terraceo se encuentra muy extendida en nuestra cultura, somos un país con una cantidad muy grande de bares y restaurantes que responden a esta demanda, es muy complicado en determinadas zonas encontrar una mesa libre en las terrazas por increíble que parezca.

En Alicante se viene produciendo desde hace unos años un fenómeno que conocemos en la ciudad como el tardeo. Lo que empezó siendo unas copas con los amigos después de la hora de la comida se ha convertido en toda una forma de concebir el ocio social hoy en día. Actualmente la gente sale a la hora del aperitivo y comienza a tapear y tomar copas, normalmente eso se produce en la zona del Mercado Central y en la zona de Castaños, pero ya se ha extendido a la zona del barrio donde ya se abre a medio día con la idea de atraer a este tipo de cliente, aquellos que huyen de los excesos de la noche y prefieren un plan más tranquilo durante el día. Pero la realidad es que mientras que algunos salen a comer y tomarse algo tranquilamente con los amigos, hay quien ha traído el exceso a plena luz del día, sin disimulo, practicándose el botellón sin control en muchas ocasiones sin mucha vergüenza ni educación por parte de muchos otros.

El concepto del tardeo ha supuesto una recuperación  para muchos negocios que estaban de capa caída con la crisis económica y ha supuesto una oportunidad para el surgimientos de muchos otros levantando el sector y la economía de la ciudad. Lo cierto es que los locales y terrazas se llenan, pero como nunca llueve a gusto de todos hay que tener en cuenta y entender que los vecinos que viven en esas zonas y los comercios que se encuentran alrededor no están tan contentos ya que el tardeo conlleva una contaminación sonora importante que nadie ha querido o ha sido capaz de controlar, así como la insalubridad de la presencia de muchas personas incívicas en la calle consumiendo comida, bebida, dejando los desechos en la calle y generando ruido.

Para combatir esta situación las asociaciones de vecinos y comerciantes reclaman una mayor vigilancia por parte del Ayuntamiento que controle la contaminación sonora multando a los locales que no cumplan con la normativa en cuanto a decibelios de ruido y horarios de apertura y cierre, así como la necesidad de controlar a la gente que se encuentra en la vía pública sin ningún tipo de miramiento comiendo y bebiendo. Si bien estas personas han generado y generan importantes ingresos a los negocios del Mercado Central que han sabido aprovechar el tirón del tardeo, parte de ellas, que no todas, no cuidan nada el entorno en el que se encuentran ni piensan en la correcta convivencia generando ruidos innecesarios y basura abandonada.

No quieras para el vecino lo que no quieras para ti

Lo ideal sería encontrar el equilibrio entre los intereses de todo el mundo. Por un lado tenemos los bares y restaurantes que deben comprometerse a respetar los horarios de apertura y cierre, así como controlar el nivel de ruido que generan sus clientes. Para esto, aquellos que cuenten con terrazas y veladores pueden contar con los servicios de Rolltec, Cerramientos de cristal y toldos para terrazas entre otras cosas en Alicante para poder acondicionar y aislar correctamente sus espacios respetando la normativa local sobre este asunto. Los establecimientos dedicados a la hostelería deben respetar la normativa vigente sobre la ocupación del espacio público, horarios y contaminación acústica y para ello deben acondicionarlos adecuadamente para cumplir con lo requerido y respetar así el descanso y la paz de sus vecinos y comercios adyacentes.

Sin duda esta cuestión es un tema controvertido en la ciudad de Alicante, como también lo es en muchas otras, el eterno debate entre lo que supone un negocio para unos y una pesadilla para otros. Lo cierto es que todos, a los que nos gusta salir y tomar algo, debemos tomar conciencia de que a ninguno vengan a molestarnos ni nos haría ninguna gracia que nos pusieran un negocio ruidoso con clientes ruidosos y mucho menos en las horas de descanso. Es por ello que debemos todos poner de nuestra parte, ponernos en el lugar del otro, los negocios respetando la normativa y haciéndola respetar a sus clientes, el Ayuntamiento persiguiendo a aquellos que no lo hagan, tanto locales como ciudadanos, y las personas siendo más cívicas y educadas pensando que a nosotros también nos gustaría que nos respetaran.

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