El reconocido escritor indio Jiddu Krishnamurti, al que la ONU en el año 1984 otorgó la Medalla de la Paz, dejó pensamientos tan esenciales para nuestro conocimiento interior como “El principio de la meditación es el conocimiento de uno mismo, y esto significa darse cuenta de todo movimiento del pensar y del sentir”. La meditación se ha practicado desde la antigüedad en prácticamente todas las culturas, si bien con distintos fines o diferentes prácticas. Las más conocidas, seguidas, practicadas e introducidas en nuestra cultura actual son las orientales, aunque también dentro de esta, cada escuela tiene diferentes maneras y técnicas específicas, por ejemplo, mientras para el budismo practicar la meditación es básico y la realiza mediante una técnica contemplativa, otras escuelas como la Mahayana, la práctica meditativa se realiza mediante visualizaciones, rezos y cantos, o la recitación de mantras en el yoga.
De las grandes enseñanzas de la tradición budista podemos rescatar algunas frases icónicas que nos ayudan a encontrar un verdadero estado de bienestar imprescindible para que nuestro cuerpo y mente se encuentren en perfecta armonía. “De la meditación brota la sabiduría” o “La mente es todo, te conviertes en lo que crees” son pensamientos de Buda que nos ayudan a comprender la gran importancia que tiene la mente sobre nuestro cuerpo y cómo debemos aprender a entrenarla. En este sentido, si vosotros queréis empezar a disfrutar de los beneficios que otorga la meditación, nosotros os recomendamos que os pongáis en contacto con Inspirare, dado que este centro de psicoterapia integral os ayudará a aprender, con la orientación de un instructor que despeje las dudas y os ayude a introduciros en la meditación de una forma óptima, qué es y qué no es la meditación.
En la actualidad asociamos instintivamente la meditación a la archiconocida posición de loto, pero no necesariamente necesitamos adoptar esa postura. Si nos decidimos a comenzar a practicar la meditación en nuestra casa necesitaremos seguir unos sencillos pasos para llegar a realizarlo correctamente. En primer lugar, debemos elegir bien el lugar donde vayamos a practicar la meditación, este debe ser un lugar tranquilo, aislado y alejado de ruidos o interrupciones, y que se encuentre limpio y ordenado, una premisa esencial ya que el entorno interfiere sobremanera en nuestra mente y en nuestros pensamientos alejándolos de nuestra meta, por lo que una habitación, una sala o incluso el jardín de nuestra casa son lugares idóneos para su práctica, del mismo modo que importante también es elegir el momento del día en qué realizarla, siendo como norma los mejores momentos son a primera hora de la mañana o a última hora de la noche, justo antes de irnos a dormir, aunque elijamos el momento que elijamos lo importante es que se realice siempre a la misma hora.
Además, durante ese tiempo es vital que olvidemos o alejemos de ese lugar por unos instantes todo aquello que nos pueda molestar o interrumpir como el teléfono móvil, la televisión, música alta, etc. Dicho esto, lo siguiente que debemos hacer es optar por elegir una posición cómoda y relajada del cuerpo, como sentarnos en una silla con la espalda bien recta o simplemente tumbarnos en la cama en una posición boca arriba, cerrando los ojos para aislarnos del mundo y centrarnos en realizar una respiración profunda inhalando lentamente el aire por la nariz para llenar en su totalidad los pulmones y a continuación expirar soltándolo lentamente también por la nariz. Esta respiración consciente es conveniente que se realice al menos durante veinte minutos, durante los cuales nuestra mente estará centrada en cada inhalación y exhalación lo que le provocará un estado de relajación, paz interior, calma, encontrando un verdadero estado de bienestar entre la mente y el cuerpo logrando que encuentren un verdadero equilibrio a través del cual se logra una plenitud emocional más rica, una mayor claridad mental, bienestar general y mayores niveles de energía.
¿Existen otras formas de relajarse?
Otras formas de obtener una relajación interior podemos encontrarlas en nuestro día a día a través de pequeños pasos, como pueden ser:
- Visualización. Pensar o traer de una forma consciente a nuestra mente escenas o imágenes que nos resulten agradables, de tal forma que proyecten sobre nosotros una visión positiva y una reacción emocional deseada.
- Dar un paseo al aire libre. Esta táctica tan simple nos ayuda a liberar estrés, ansiedad, combatir la depresión, luchar contra la negatividad… pues está demostrado que los sonidos de la naturaleza tienen un gran impacto positivo sobre nuestra salud y bienestar.
- Escuchar música. La música, sobre todo la relajante, tiene un efecto curativo sobre nuestra mente, nos aleja del estrés, mejora nuestro descanso, alivia nuestro dolor, por lo que es un camino directo al bienestar emocional.