Siempre que nos vamos a mudar, surgen miles de dudas. Qué tipos de muebles queremos incluir, cuál será la disposición de cada elemento, por qué parte de la casa entra la luz a primera hora, cómo la decoraremos, qué tipo de vajilla y cubertería vamos a seleccionar… Todo es importante y urgente a partes iguales, pero lo que cada vez está teniendo más relevancia es el color de las paredes, de los muebles y de todo lo que nos rodea.
Y es que todo comunica, todo habla, desde el blanco de las paredes, hasta el tocado en rojo de los muebles de una habitación o el verde de la cocina, las flores que escogemos o incluso las baldosas del baño. Además, existen diferentes tipos de pintura con sus particularidades, tal y como nos recuerdan desde Pinturas Decolor. Así, existen las pinturas plásticas satinadas y las pinturas plásticas texturadas. Las primeras se utilizan para proteger y decorar superficies tanto en exteriores como en interiores, mientras que las segundas son idóneas para acabados tipo gotéele.
Todo eso habla de nosotros y de nuestra personalidad y, además, influye en nuestro estado de ánimo. Porque no es lo mismo un verde pistacho, que un azul cielo o que un rojo pasión, ¿verdad? Por ello, en nuestra casa pueden estar presentes todos los colores, pero cada uno es el idóneo para estancias diferentes. El color más habitual es el blanco, no falla y además es el que queda mejor en la cocina y en el baño. Además, desde hace unos años las tendencias apuntan a las pinceladas de colores, ya sea mediante los electrodomésticos, las baldosas o incluso los trapos o los muebles).
Cuando hablamos de los dormitorios, los colores que encajan mejor son cualquier gama de azul, el rosa claro y el violeta. Estos colores tienen la capacidad de aportar tranquilidad y sobriedad, en el caso del azul; relajación y sensibilidad, así como sigue siendo el más utilizado para las habitaciones de los bebés. El violeta, por su parte, aporta misticismo y relajación y también estaría indicado para salones.
En cuanto a las zonas de estudio y trabajo, no existen dudas: los colores vivos y llenos de fuerza nos aportan dinamismo, creatividad y concentración. El mejor ejemplo de estas características es el amarillo por su apariencia alegre y por sus capacidades para estimular la actividad mental. También podemos hablar del naranja, que aporta calidez y alegría y ayuda a crear una sensación de amplitud en la estancia. Y el verde claro o de color pastel nos aporta calidez y una experiencia agradable. En el caso de los despachos, además, los detalles negros otorgan seriedad, responsabilidad y profesionalidad. Es por ello por lo que muchos despachos de abogados apuestan por estanterías negras, sillas de este mismo color e incluso detalles negros en la pintura blanca, aunque también reduce la percepción del espacio.
Los colores más arriesgados, y que por ello no hemos destacado en ninguna estancia, son el rojo y el verde fluorescente, aunque no por ello significa que estén mal usados o que no se deba incorporar este color en nuestra casa. Simplemente, su uso es más arriesgado y no funciona igual para todas las personas. En el caso de los rojos, aportan pasión, una gran capacidad para llamar la atención y mucho dinamismo, de ahí que no estén indicados para salones o dormitorios. Los verdes muy llamativos, por su parte, pueden llegar a ser perturbadores y desorientadores y, además, muchas personas los relacionan con el color de los hospitales y de los quirófanos.
Tendencias de decoración en 2021
En este año, lo que se lleva es el minimalismo, las espacios abiertos y llenos de luz, así como los colores neutros, unos tonos que nos invitan a la calma y a la relajación. Así, los colores estrellas de esta temporada son el terracota y el ocre; los colores pastel; los beis, el crema o el marfil, y el manteca o el amarillo muy claro.
También se valora cada vez más la naturalidad en el hogar, las estancias espaciosas y dejamos atrás la ornamentación y la ostentación para valorar el minimalismo y la sobriedad. En cuanto a decoración, se llevan los elementos hechos a mano con barro, las plantas naturales, las flores y la artesanía.
Y en cuanto a los muebles, destacan los creados con materiales ecológicos, nobles y naturales; así como los muebles de cannage que se convierten en cabeceros de la cama, mesillas de noche o sillas. En los textiles, los reyes son la lana rizada y los linos, imprescindibles para convertir nuestro hogar en un lugar cálido y agradable.