Hay quien se empeña en cuidarse la piel queriendo lucir como si tuviera 20 años, hay quien prefiere maquillarse para tapar imperfecciones, otros se blanquean los dientes para que su sonrisa brille y otros se hinchan a hacer ejercicio para ponerse fuertes y esbeltos pero la realidad es que la belleza engloba todo nuestro cuerpo y a veces lo que hace falta es un poco de cada, y no un todo de uno.
¿No os ha pasado alguna vez que veis una nariz horrible, de esas aguileñas y grandes, pero luego os fijáis en el conjunto del rostro de la persona que la tiene y ya no os parece tan horrible? Eso es porque sus rasgos forman parte de un conjunto, que en este caso es su cara, y esa nariz junto al resto de sus características faciales, crean un todo armonioso. En otras palabras y sin liarnos demasiado: que a esa persona le queda bien su nariz y punto, aunque tal vez a otra persona no.
Pues lo mismo ocurre en prácticamente cualquier ámbito de la estética. Nuestra belleza no es solo una bonita sonrisa o unos ojos llamativos, nuestra belleza es la imagen que proyectamos de nosotros mismos donde entra en juego la estética, nuestra personalidad y nuestro carisma. En los dos últimos poco puedo ayudar, pues cada uno es como es y eso de cambiar no suele funcionar demasiado bien, pero en lo primero sí se pueden dar varios consejos basados en que no debemos centrar nuestro trabajo en una único área, por mucha manía que le tengamos.
En la escuela de maquillaje profesional Make Up School aseguran que siempre tiene que decirle a sus alumnos que no deben centrarse en ese rasgo que sus clientes, o ellos mismos, odian, pues ese sería un error garrafal ya que al centrarnos tanto en disimular algo acabaríamos prestando menos atención a puntos faciales que se podrían destacar consiguiendo el mismo efecto.
Por eso muchos expertos abogan por olvidarnos de las imperfecciones para apostar por cuidar y resaltar aquello que nos gusta. De este modo cuidaremos todo nuestro cuerpo sintiéndonos mejor con nosotros mismos al tiempo que al resaltar nuestros rasgos más “bonitos” hacemos desaparecer los que menos nos gustan.
Las manos
No puedes olvidar cuidar ninguna parte de tu cuerpo, por eso debes empezar por las extremidades. Por ejemplo, por las manos. En Bellesa i Ungles apuestan por la manicura francesa por su elegancia y sencillez, pero reconocen que al ponerse de moda los colores vivos y el nuevo arte de pintar sobre las uñas son cada vez más las clientas que les solicitan el tratamiento de acrigel. Pero recuerdan que lo importante es llevar las manos cuidadas y hacerse una buena manicura periódicamente.
Los pies
No hay nada más catastrófico que lucir monísima en verano y luego llevar unos pies feos visibles con las sandalias. Los talones agrietados o las uñas mal cuidadas dan muy mala sensación, aunque luego luzcas perfecta en tu look y en tu maquillaje. Por eso esta clínica del pie en Albacete recomienda un tratamiento mínimo anual para tratar la dermatología del pie, en caso de que no se tengan otros problemas.
El cuerpo
Si bien es verdad que a veces cuesta un poco untarte de crema todo el cuerpo a diario, intenta por lo menos hacerlo cada vez que sales de la ducha, así tendrás una piel nutrida y cuidada. NO hay nada más feo que la piel escamada en los brazos, o en los codos, que son las zonas más proclives a sufrir este tipo de problemas.
El rostro
Cuídalo siendo lo más higiénica posible, pues de nada sirve usar la mejor de las cremas si no nos lavamos la cara. Puedes usar también agua micelar, tónicos y una vez por semana usar exfoliante y una buena mascarilla nutritiva, pero tengas la rutina que tengas lo importante es la limpieza y la hidratación de la piel.
En el rostro, lo que tiene también mucha importancia y a veces olvidamos, es nuestra sonrisa. Unos dientes descuidados o sucios pueden afearnos bastante. Los profesionales recomiendan una limpieza profesional anual como mínimo, pero sobre todo tener una buena higiene bucodental para evitar las manchas amarillas y otros problemas estéticos que además pueden devenir en problemas de salud. No obstante, como ya sabemos, cuando ya no podemos volver atrás, la solución del blanqueamiento siempre está ahí.
Al final los consejos siempre son los mismos: cuida tu cuerpo por dentro y por fuera, olvídate de tus imperfecciones y el resto también lo hará, potencia los rasgos o características que más te gustan para sentirte mejor contigo mismo y para que los demás también vean esa parte de ti, y cuídate tanto por salud como por estética.