Desde el suelo a la pared. En las estanterías del salón o en los muebles de la cocina. Como objeto ornamental o como menaje del hogar. La porcelana es un material de lo más versátil, razón por la que no es de extrañar que encontremos productos y artículos de todo tipo en diferentes modalidades. Suelos de porcelana, tazas de porcelana, figuras de porcelana. China o española, la cuestión es que la porcelana está presente en todas partes, sea de la manera que sea. Lo mejor es que es tan habitual que apenas reparamos en ella. Es muy posible que esa taza que tanto nos gusta sea de porcelana y no seamos conscientes. Que esa figurita que siempre viste en la repisa del salón de tu abuela, sea porcelana y no hayas reparado en ello. Y así con muchas cosas. Pero no es oro todo lo que reluce, ni porcelana todo lo que es cerámico.
Uno de los puntos fuertes de la porcelana es la artesanía, donde las mejores creaciones se fabrican con porcelana fina para aportar esa elegancia y distinción que la caracteriza. Se ha hablado siempre y mucho de la porcelana china, pero en España tenemos grandes fabricantes de porcelana como el conocido Lladró que, a su paso ha dejado un legado tan impresionante que, todavía hoy, sigue de moda. Nada como entrar en Arte Stylo y contemplar en sus vitrinas y estanterías, las mejores muestras de lo que la porcelana puede ofrecer. En este caso en forma de regalos y objetos decorativos que no pasan desapercibidos.
Sin embargo, aunque se trata de un material común y archiconocido por todo el mundo, poco sabemos sobre su fabricación y las propiedades que lo han convertido en un material omnipresente, de gran durabilidad, versatilidad y sobre todo, atractivo visual. A través de este artículo vamos a conocer un poco más sobre la porcelana y su fabricación, para comprender porque se trata de uno de esos materiales de los que no se puede prescindir.
Porcelana para todos los gustos
La porcelana es un material compuesto de otros materiales entre los que se encuentra habitualmente la kaolina y otra serie de minerales que poseen una combinación adecuada para la obtención del producto necesario en el momento adecuado.
Dicho de otro modo, la porcelana es el nombre que se le da a una serie de cerámicas que se fabrican calentando los materiales que la componen en un horno a una temperatura muy elevada: de mil doscientos a mil cuatrocientos grados centígrados.
Puede agruparse en tres categorías: pasta dura, pasta blanda y porcelana ósea. Estas tres categorías o grupos, se basan en la composición de la pasta utilizada y la temperatura de cocción a la que se someten. La porcelana destaca por su resistencia y color blanco aunque el resultado final de cada pieza de porcelana, se logra con los esmaltes y pigmentos aplicados.
La dureza del material resultante se logra gracias al proceso de vitrificación y la formación de mullita resultado tras su calentamiento en el horno. Estas propiedades hacen de la porcelana una cerámica superior debido a su fortaleza y delicadeza que es más difícil de elaborar en comparación con cerámicas como el barro o el gres. Mientras estos últimos son más porosos y frágiles, la porcelana es impermeable, dura, altamente resistente a los choques térmicos y químicos, translúcida y fuerte.
Su proceso de fabricación no deja de ser bastante simple: la arcilla se mezcla con los aditivos necesarios, se forma y se cuece en el horno. Lo que la diferencia del resto de cerámicas son los aditivos, la temperatura de cocción y la formación de mullita. Esta fase es la clase para que la porcelana alcance sus propiedades.
La mullita es un mineral muy raro en el suelo que se forma a temperaturas de mil cien grados a partir de feldespato y caolín durante el proceso de cocción. La combinación de los distintos materiales en proporciones diferentes, forman los distintos tipos de porcelana. Estos materiales son la arcilla, el feldspar, sílice, piedra china, kaolin y ceniza ósea.
Tras la correcta selección de las materias primas y su adecuada combinación en cantidades, se aplastan y purifican. Posteriormente se mezclan, antes de someter la masa a varios procesos de formación que puede ser prensado, fundición, formación de plástico rígido o de plástico suave. El proceso de formación seleccionado dependerá del resultado que se quiera obtener y los productos que se vayan a fabricar. Una vez se forma la pieza de porcelana se añade una capa de vidrio decorativo y se cuecen.
Tipos de porcelana uno a uno
Como ya hemos comentado, existen tres tipos de porcelana que se basan en el tipo de la pasta que ha sido empleada para su fabricación. Cada uno de ellos requiere de una temperatura de cocción y el resultado se centra en la aplicación y utilidad del producto a fabricar.
Encontramos de este modo la porcelana dura, originaria de China, con una antigüedad que la sitúa en el siglo VII y VIII de nuestra era. Sus materiales son el petunste y el kaolin, se cuece a mil cuatrocientos grados y es fuerte y resistente con gran tolerancia al calor. Se trata de la porcelana original, muy valorada en la exportación por su fuerza, durabilidad y el atractivo visual que posee. Su formulación básica es una composición de petunste y feldespar en proporciones iguales para crear una calidad superior y de dos tercios de petunste y uno de feldespar, para la calidad normal.
La porcelana blanda, tiene su origen en la Europa Continental del siglo XII al XVIII de nuestra era. Los materiales con los que se elabora son arcilla de bola, ceniza ósea, pedernal, cuarzo y piedra de jabón. Su temperatura de cocción oscila de los mil cien a los mil quinientos grados centígrados y los resultados son una porcelana más suave y fácil de utilizar, pero más propensa a la rotura y el colapso. Al contrario de lo que sucede con la porcelana dura, la porcelana suave, no cuenta con un conjunto de ingredientes exacto, sino que cuenta con una amplia mezcla de componentes de los que ya hemos citado.
En cuanto a la porcelana ósea, su origen es Gran Bretaña en el siglo XVIII. Sus materiales de fabricación son el kaolin, la ceniza ósea y la piedra de porcelana. Se cuece a temperaturas de mil doscientos a mil doscientos cincuenta grados y los resultados ofrecen niveles muy elevados e fuerza, blancura y translucidez. Esta porcelana contiene más de un treinta por cien de fosfato de huesos animales y fosfato de calcio procedente de otras fuentes, pero la clave de su existo es la piedra de porcelana. El descubrimiento de este material como viable para la porcelana lo convirtió en una excelente alternativa de fabricación, haciendo que la porcelana dura y la ósea compartan un monto de características. El destino de esta porcelana es fundamentalmente la fabricación de vajillas de alta gama y objetos de decoración. La fórmula tradicional se compone de un cincuenta por cien de ceniza ósea, veinticinco por cien de kaolina y veinticinco por cien de piedra de porcelana.
Partiendo de estos grandes tipos, encontramos los diferentes subtipos de porcelana entre los que podemos destacar los siguientes:
- La porcelana de alúmia que tiene un método de producción semejante al de la porcelana de feldespato con la diferencia principal de que se mezcla con aluminio que aumenta la durabilidad pero disminuye la translucidez.
- La porcelana vitro que tiene unos orígenes americanos y poseen un blando más cálido que la porcelana de feldespato. Muy duradera y poco transparente. Su proceso de producción se hace a una temperatura inferior que no pasa de los ochocientos grados centígrados.
- La porcelana de feldspar que se produce desde el siglo dieciocho, cuando en Europa se intenta imitar la porcelana china. Este tipo de porcelana tiene un color blanco con una ligera tonalidad azul, es ligeramente translucida debido al alto porcentaje de vidrio en su estructura que se dispara a temperaturas de mil trescientos o cuatrocientos grados. Esta porcelana es similar a la porcelana de pasta suave.
Ya sabemos cómo se fabrica la porcelana y cuáles son los elementos que la componen. Para comprobar la versatilidad de este excelente material final, basta con echar un vistazo a todas las aplicaciones que posee y los muchos ámbitos en los que está presente, sin que ni siquiera, reparemos en su presencia.
Uno de los sectores que más uso hace de la porcelana es el de la construcción, donde es muy utilizada para los acabados del suelo. Como aislamiento eléctrico ocupan un lugar privilegiado, donde son consideras como esenciales. En medicina es muy utilizada, sobre todo en el campo de la odontología donde es indispensable para la remodelación o creación de piezas. El arte, la decoración y sus usos domésticos, son quizá donde más encajemos el uso de la porcelana, pero también es muy utilizada en los laboratorios donde los materiales y equipos de trabajo, cuentan con la porcelana como aliado.
Como se puede comprobar, la porcelana está prácticamente en todas partes y es muy difícil imaginar nuestra vida sin la presencia de algún elemento de este excelente material.