Una de las grandes dudas de la humanidad es qué usar, calzado de plástico o de piel. Solo hay que ir a una zapatería para comprobar que nada tienen que ver. Aunque en apariencia puede parecer que sí, son como el agua y el aceite. Quizás lo que más llame la atención sea la diferencia de precio. No hay duda de que el plástico puede ser hasta dos o tres veces menor que un calzado de piel, pero claro, la diferencia se nota y mucho.