Siempre me han atraído las filosofías orientales principalmente el yoga y la meditación, así como las técnicas de masaje oriental, ya que trabajan las dolencias del cuerpo de un modo más integral entendiendo el cuerpo como una unidad.
Este tipo de conocimientos han ganado mucha popularidad en España durante la última década, al ser cada vez más personas las que comprueban los enormes beneficios de practicar algunas de estas disciplinas.
Poco tiempo atrás nadie había oído hablar del yoga, mientras que ahora son cada vez más los centros que proliferan en las grandes ciudades para enseñar diferentes tipos de yoga y tratar de adaptar estos conocimientos de equilibrio cuerpo-mente a las exigencias de la vida moderna.
Llevaba tiempo leyendo sobre Tantra, e informándome sobre los enormes beneficios de esta disciplina para conseguir una vida sexual más saludable. Lo cierto, es que tenía la sensación de que podía ser una experiencia muy positiva para mejorar la rutinaria vida sexual que tenía con mi pareja.
El sexo tántrico busca disfrutar del placer en toda su esencia, una forma de salir de la rutina y monotonía para prestar atención no solo a los genitales sino también a todo el cuerpo en su conjunto.
El Tantra. Una Filosofía de Vida.
Esta filosofía de vida, llamada Tantra surgió en Oriente hace más de 4000 años. La parte sexual, en realidad, solo es una pequeña parte de esta filosofía. Esta corriente se basa en 4 grandes pilares básicos y fundamentales para conseguir un buen equilibrio cuerpo-mente:
Aceptarse a uno mismo y a los demás tal y como son.
Así es, según esta filosofía la aceptación de las capacidades, así como de las limitaciones tanto en nosotros como en el otro, es fundamental para sanear nuestras relaciones y disfrutar, a su vez, de nuestras relaciones sexuales.
Solo desde la aceptación podemos relajarnos y fluir con el otro de manera que desaparezcan los miedos y los bloqueos.
Estar presente en el momento con todos los sentidos.
Otra de las grandes máximas que se comparte con muchas otras filosofías orientales entre ellas el budismo, y uno de los objetivos del Yoga no es otro que vivir en el aquí y el ahora, prestando atención solo al momento presente, el único que existe.
Muchas formas de meditación buscan conseguir este mismo objetivo trabajando con diferentes técnicas de respiración.
Y es que, muchas veces distraídos por nuestras preocupaciones, o al vivir en el pasado o en el futuro nos olvidamos disfrutar de cada momento. Esta misma idea trasladada a nuestras relaciones sexuales puede mejorar mucho nuestra forma de relacionarnos, al recordar vivir cada momento de una forma más consiente y llevando siempre a cada acción nuestra entera y total presencia.
Expresar lo que sientes y piensas.
Así es, para poder dar y recibir es necesario aprender a pedir lo que queremos y lo que no nos gusta, decir aquello que nos apetece en cada momento.
Movimiento armónico y fluido.
Una perfecta unión de las energías de las dos personas.
Entre los diferentes profesionales que pude encontrar en Barcelona para seguir profundizando en esta filosofía, encontré a Maite Domenech, fundadora y gerente de PRANA. Centro de Dinámicas Corporales y facilitadora de cursos y masajes tántricos. Una profesional con una amplia experiencia, además de una capacidad inmejorable para transmitir sus extensos conocimientos en la materia.
Maite me explicó la gran importancia de conocer el Tantra para ayudarme a sanar mis relaciones de pareja y a disfrutar al máximo de mi energía sexual.
Recuerdo como si fuera ayer sus palabras para referirse a los masajes tántricos “el masaje tantra es un masaje extremadamente sensual. Es una herramienta exquisita que os ayudará a movilizar la energía sexual de vuestra pareja y subirla al corazón, haciendo que esta energía penetre en lo más profundo y transportándonos al éxtasis más delicioso”.
Esa energía de la que Maite Domenech me hablaba, no es otra que la energía Kundalini, esa fuerza invisible que te hace avanzar espiritualmente y desbloquear los miedos y ataduras de tu mente. Su objetivo es limpiar los chacras y el desbloqueo de algunos estados emocionales.
Siempre había pensado que la forma de entender el sexo en occidente es una asignatura más que pendiente, y que nos queda mucho trabajo para conseguir llegar a sacar el máximo partido de la enorme capacidad de crecimiento personal que existe en las relaciones personales, y más las relaciones íntimas.
Las sesiones y cursos de Maite han sido claves para ir entendiendo muchos aspectos, que tanto mi pareja como yo, desconocíamos de nosotros mismos y de nuestra relación.
Experiencias como las Vacaciones Tántricas para Cuerpo y Alma resultaron enormemente reveladoras y en ellas aprendimos que según el Tantra dentro de cada mujer existe una Dakini o sanadora sexual y dentro de cada hombre, su equivalente Daka.
Las Dakinis y los Dakas, sanan al sexo opuesto a través del poder de su energía sexual. Digamos que al aprender manejar esta energía de una manera consciente puedes llegar a sanar heridas profundas, a desbloquear esos nudos energéticos estancados en el cuerpo de tu compañero y ayudarle a entrar en lo más sagrado de su Ser.
La relación con mi pareja y mi forma de entender el sexo cambió totalmente, claro que antes del Tantra disfrutaba del sexo, pero ahora era diferente.
Antes de conocer el Tantra, desperdiciaba todo el potencial que se encuentra en el sexo como herramienta de iluminación y crecimiento interior. Todo se reducía a llegar a un orgasmo, más bien físico, sin llegar a una unión real con mi pareja.
Ahora, no solo ha mejorado nuestra relación de pareja, también hemos superado muchos miedos que los dos arrastrábamos desde hace tiempo cada uno por separado.
Sin duda, queda mucho por aprender y concienciar en cuanto a la forma de entender las relaciones sexuales como oportunidades de crecimiento personal, verdaderas oportunidades de iluminación y éxtasis.
Para ello, sin duda, antes tendremos que superar nuestros prejuicios e ideas preconcebidas de entender el sexo como un acto meramente físico e inconsciente, y aprender a ver su enorme potencial como herramienta para nuestro crecimiento interior.