En España tenemos una gastronomía que para sí quisieran los otros dos centenares de países que hay en el mundo. Nadie nos puede discutir que tenemos un poderío soberbio en este sentido. Los productos de los que podemos hacer gala son extensos y nos encargamos no solo de consumirlos aquí, sino también en el exterior de nuestras fronteras a través de la exportación.