La verdad de los suplementos deportivos

La alimentación también ha cambiado considerablemente, pues durante muchos años la comida que ahora llamamos orgánica ha sido la que se ha consumido de manera habitual. No fue hasta que las ciudades se masificaron de manera radical cuando se utilizaron los abonos, fertilizantes y productos para que crecieran más rápido las cosechas, a costa de perder el sabor de las frutas y verduras.

Esto no quita con que exista suplementos recomendables para casi todo el mundo, pues cada persona tiene unas necesidades concretas y no todos tenemos las mismas capacidades para generar algunas vitaminas o hormonas. El caso más claro es el de la glándula tiroides y su influencia en el metabolismo de las personas que sufren de hipertiroidismo.

El lado positivo de los suplementos alimenticios es que generan beneficios a medio-corto plazo en el organismo que nos permiten rendir más, lo que no es tan positivo es que parece que se ha vuelto necesario tomarlos si vas al gimnasio. Parece que haya una moda entorno a estos batidos, que se materializa en las ciudades con tiendas en las que se venden suplementos deportivos.

Este tipo de suplementos normalmente han sido utilizado por los culturistas para conseguir un volumen fuera de lo común. Y es que la hipertrofia muscular a la que se somete necesita una enorme cantidad de proteína para que sea efectiva, de lo contrario los resultados se verían alargados en el tiempo.

En el artículo de hoy vamos a hablar de cómo los suplementos deportivos afectan en la salud, y de cómo estos necesitan tomarse en ciertas situaciones. Además, veremos cuáles son los dos tipos de suplementos deportivos más utilizados, entre ellos la proteína y la creatina, ambos presentes en nuestro organismo.

Cuándo deberías de tomar suplementos deportivos

Lo cierto es que tomar suplementos deportivos es una actividad que puede resultar perjudicial para la salud, ya que el cuerpo humano está diseñado para funcionar con unos niveles determinados de nutrientes, y aportarle más nutrientes de los que necesita genera una sobrecarga del sistema renal. Además, hay que pensar que nuestros antepasados no tomaban suplementos, y podían cazar y vivir sin mayores problemas.

Tal y como comentan en el blog Fitness Revolucionario, nuestra energía genética ha sido la misma durante más de diez mil años, a pesar de que el entorno en el que vivimos ha cambiado drásticamente. No tenemos que hacer grandes esfuerzos para conseguir comida, y los trabajos físicos han dejado lugar a muchas profesiones en las que se está más tiempo sentado que de pie.

Pero volviendo al tema de los suplementos deportivos, tenemos que comentar la costumbre que lleva varios años de moda en los gimnasios por la cual la gente que entrena toma proteínas, aminoácidos y otros suplementos para coger más volumen. Esta situación es realmente problemática en algunos deportistas, pero sobre todo en aquellos que cuando dejan de hacer deporte ven cómo todo el músculo se convierte en grasa.

Las proteínas más habituales a la hora de tomar suplementos es la proteína de suero, la creatina y la glutamina. Este tipo de suplementos deben de tomarse por aquellas personas que tengan un objetivo concreto de musculación, o necesiten tener un mayor rendimiento físico para una actividad concreta, ya sea de competición o para preparar unas pruebas físicas. Y si estás en esta situación, lo más recomendable es tomar suplementos alimenticios de calidad. Nosotros confiamos en SFY nutrition, una marca especialista en suplementos deportivos y nutrición cuyo compromiso es el de ofrecer todo tipo de productos capaces de aportar un extra a las actividades deportivas de sus atletas.

Como comentábamos, la proteína de suero, o whey, es un buen complemento si tu dieta no es muy proteica, y su capacidad para ayudarte a desarrollar músculo y perder grasa está suficientemente probada (entre otros muchos beneficios). El principal inconveniente de estos productos es los endulzantes artificiales y saborizantes que utilizan, por lo que tampoco conviene abusar.

Y la creatina es un elemento muy importante para regenerar el ATP (trifosfato de adenosina), fuente principal de energía de nuestras células para cualquier actividad. Está presente de manera natural en carnes, pescados y huevos, por lo que si consumes suficientes cantidades de estos alimentos probablemente no requieras complementarlo.

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