La naranja forma parte de nuestra vida desde hace mucho tiempo. Proviene de Asia y fue introducida, al igual que la mandarina, en la Península Ibérica por los árabes en el siglo X. Era una modalidad amarga, en el siglo XV llegaron de manos de los portugueses nuevas variedades con un sabor mucho más dulce y sabroso: la citrus sinensis (naranja) y citrus reticulata (naranja mandarina). Curiosamente de ahí viene el nombre de ‘naranjas de la china’, puesto que su procedencia era, precisamente, el milenario país asiático. Fueron los españoles los que, en el año 1565, llevaron esta fruta a América, concretamente plantaron naranjos en la ciudad de San Agustín, en Florida y en California.
Desde esos tiempos formó parte de la alimentación de los españoles, llegando a ser una de las frutas más representativas. Solo hay que pensar que la mascota del Mundial de España 82 fue un Naranjito. Y es que hablar de naranjas es hacerlo de España. Mucho se habla de las propiedades alimentarias que tiene una naranja. “Las naranjas, constituyen una de las principales frutas de mesa por su agradable sabor y propiedades, son muy beneficiosas para las enfermedades cardiovasculares, enfermedades del corazón, la inflamación, y prevención del cáncer, aseguran desde Naranjas al Día.
No obstante, también es importante hablar de los beneficios estéticos que tienen las naranjas. Al contener tanta Vitamina, la naranja aumenta la vitalidad celular del organismo, y pone en movimiento la mayoría de funciones de cuerpo. Este proceso ayuda a rejuvenecer las células del organismo. Este componente es perfecto para el tema de belleza, ya que es la que permite una renovación más rápida y eficaz de las células de la piel. Seguro que cuando estás en la ducha notas una mejoría en tu piel que se deberá a la vitamina de las naranjas.
Tiene la función de limpiar y proteger la piel como un exfoliante, pero de manera natural. Al aplicar la cáscara, se eliminan puntos negros y espinillas, por lo que la piel está limpia y pulida. También tiene el beneficio de que no aparecen con facilidad de nuevo.
La naranja también contiene un gran aporte de fibra, que se encuentra en la fruta en forma de pectina, fibra que se halla en la corteza blanca de la naranja. La fibra mejora el tránsito intestinal, evita el estreñimiento y limpia el tracto intestinal. La fibra tiene un efecto saciarte por lo que es beneficioso para la gente que hace dieta, y evita la absorción de grasa y colesterol.
Contra manchas de sol
En muchas ocasiones, el sol genera manchas en la piel, sobre todo durante el verano. La piel de la naranja tiene la ventaja de eliminar estas marcas y nivelar el tono de tu piel. Así que este verano si acudes a la playa, y has tomado bien de naranja, vas a notar que la tienes mejor que nunca.
Además, la naranja protege al organismo de enfermedades cardiovasculares. Esto ocurre porque las naranjas hacen que la sangre del organismo sea más fluida. Por ello disminuyen la presión arterial evitando trombos en la sangre.
Si padecemos desniveles del tono causados por una mala protección solar o una exposición irregular, la cáscara de la naranja puede convertirse en un aliado de belleza infalible. Con ella podemos devolver el tono adecuado a nuestra piel.
Cómo consumirla para aprovecharla al máximo
La forma de consumir una naranja también influye en sus beneficios. La mejor manera es tomar un zumo recién exprimido. De forma fácil y rápida exprimen la naranja para que la puedas consumir.
Otra de las opciones es comer la fruta, pero también se puede tomar en infusiones con la cascara de la naranja, rallar la piel y añadirla en postres o diferentes platos, así como para condimentar la carne o el pescado.
Ahora ya conoces los numerosos beneficios estéticos que produce la naranja. Seguro que la tomarás más. Los datos dicen que la producción mundial de naranjas en 2017 se aproximó a los 50 millones de toneladas. Ahora bien, mira siempre la etiqueta porque naranjas hay muchas, pero de España, solo son las auténticas. Y si quieres tener estos beneficios estéticos, tienen que ser las de aquí.