Remedios psicológicos de lo más casero

La psicología es de gran utilidad y afortunadamente cada vez es más utilizada y se recurre más a ella. Maribel Paz, una conocida psicóloga a nivel nacional gracias sus servicios como psicóloga online en Madrid,  nos asegura que los beneficios merecen mucho la pena. Ella en su propio trabajo ve como cuando se habla de las soluciones existentes en el campo de la salud mental, se suelen buscar una herramienta mágica que solucione todo, cuando realmente son mejores las pequeñas cosas que una única solución.

Para los psicólogos, lo mejor es antes de ir en la búsqueda de los remedios milagrosos, debemos echar un vistazo en nuestros actos y pensamientos para modificar el estado de ánimo en el que nos encontramos y sentirnos mejor y más naturales, en unos tiempos donde la higiene mental parece estar acechada por muchos peligros.

Dosificar las fuerzas

El optar por la ley del mínimo esfuerzo hace que no sea necesario en nuestra vida habitual, pero cuando nuestra mental está bajo mínimos y tenemos poca energía, mejor es no desperdiciarla.

Por todo ello hay que usar la energía que necesitemos para modificar lo que podamos. Seamos pacientes y distinguir lo que importa de lo que no merece tanto esfuerzo.

Pensar menos

Cuando vivimos épocas de crisis, suelen ponerse a funcionar algunos mecanismos que tienen gran utilidad una serie de días.  Las clásicas interferencias donde se llega a un conclusión negativa, pese a que no haya evidencias. Las del tipo “Mi mujer no me quiere” aunque ella nos muestre su cariño.

Igualmente se maximiza los acontecimientos negativos y se minimizan los positivos. Debemos aprender a parar los pensamientos, usando técnicas sencillas para recuperar el control de nuestra mente. Por ejemplo, dar un golpe sobre la mesa seguido de una distracción, algo que realmente funciona. El caso es que toda estrategia en la que haya sustos y que nos obliguen a dejar de pensar son los que funcionan.

Manifestarse

Hay que intentar usar con más frecuencia los mensajes “yo”. Hablamos de esos enunciados en los que se expresan las opiniones, necesidades y sentimiento de manera  subjetiva Son ejemplos de esta clase de cláusulas, donde cuando se habla así los demás saben lo que necesitamos, algo importante cuando nos sentimos mal.

Conocerse a uno mismo

Es vital poder construir un termómetro personal donde se mida el grado de decaimiento. Cuando os encontramos en momentos de bajón, siempre se tiene la sensación de que estamos igual. El caso es que no es verdad, en nuestras vidas hay épocas de altibajos. No generalicemos, es irracional y no podemos hacer conclusiones de este tipo a toda nuestra vida.

 

Hedonismo

Se suelen relacionar los peores momentos con el bajo rendimiento. El caso es que estas épocas se suelen dejar de hacer de todo, hasta lo que nos es sencillo y nos provoca placer. La desmotivación se amplia a muchas cosas. Debemos quedar con gente o hacer cosas que nos motiven que nos saquen de la situación.

 

Cambiar el lenguaje

La manera en la que nos expresamos puede cambiar la manera en la que nos relacionamos y pensamos. Todo esto hace que debamos ir evolucionando nuestro lenguaje hacia expresiones que ayuden a cambiar nuestro propio rumbo vital. Mejor es decir “deseo…” a “necesito…”. El lenguaje melodramático no funciona y tampoco es bueno.

 

Oponerse a su estado de ánimo

Nuestro cerebro intenta buscar el sentido a los sucesos que nos ocurren, por lo que cuando estamos en horas bajas lo que hace es buscar estímulos que puedan confirmar que estamos en el buen camino. Todos estamos de acuerdo en que cuando estamos tristes, oímos música que también lo es o dramas si vemos cine.

Un remedio que funciona es buscar una serie de estímulos que puedan revitalizarnos. Música alegre, colorido, humor, hablar con gente que nos escuche y anime etc.

 

Reducir nuestras metas

El sentirnos mal se relaciona con no lograr los objetivos. Un buen trabajo de higiene mental lo que hace es reevaluar las expectativas vitales. El escribirlas es una magnífica forma de comenzar  trabajar en estas.

Una vez vayamos recuperando nuestra estabilidad, hay que tener en cuenta que es necesario tener una serie de objetivos, tanto a corto como a medio plazo. El equilibrio es bueno y para ello hay que poner también de nuestra parte.

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