Hace algún tiempo todos los obstetras recomendaban no acudir al dentista en caso de embarazo por las posibles complicaciones que pudieran aparecer derivadas de los diferentes tratamientos y procedimientos odontológicos, sin embargo, muchas de esas complicaciones ya no existen y se sigue creyendo que, si una mujer embarazada tiene dolor de muelas, ha de aguantarse hasta dar a luz para poder acudir al dentista. Craso error.
Hay un miedo injustificado a acudir a la consulta dental durante la gestación. Los profesionales de la odontología opinan todo lo contrario: embarazo y cuidar la salud buco dental, además de aconsejable para la madre y el feto, es algo perfectamente compatible. Tal y como nos indican desde Clínica Dental Jose Luís Cano, la embarazada puede recibir el tratamiento dental que precise sin problemas, simplemente ha de avisar al odontólogo para que tenga en cuenta ciertas medidas. Nada más.
El mejor momento para realizarse cualquier tratamiento dental es el segundo trimestre, no obstante, en caso de necesidad, se puede tratar a la paciente en cualquier estado de gestación.
Falsos Mitos
Además, por alguna extraña razón, hay una serie de mitos que amigas, familiares, abuelas o conocidas siempre inculcan en las jóvenes primerizas y que, en realidad, no son verdad.
- Los dientes de la madre no pierden calcio durante el embarazo.
- Las mujeres embarazadas no tienen por qué evitar los tratamientos dentales.
- Los vómitos de las náuseas matutinas pueden no dañan el esmalte dental.
- Las mujeres embarazadas no tienen por qué perder piezas dentales durante el embarazo. El dicho “cada hijo me costó un diente” no tiene ningún fundamento si se mantiene una correcta higiene bucal.
Y es que debemos tener en cuenta que con una buena rutina de higiene bucodental podemos prevenir la mayoría de los problemas que puedan surgir durante el embarazo.
Consejos:
- Usa cepillo con filamentos suaves para cuidar tu boca sin agresiones. Acuérdate de cambiar de cepillo cada 3 meses o cuando los filamentos se abran.
- Complementa la higiene bucal con seda dental.
- Acuérdate de cepillarte los dientes después de cada comida. Llévate un cepillo de dientes y pasta dentífrica en tu bolso para cuidar de tu boca fuera de casa.
- Ni tabaco ni alcohol: por muchas razones, ya sabes que su uso no es conveniente durante el embarazo.
- Controla los antojos y no abuses de los dulces: el azúcar es el gran enemigo de la caries.
- No te olvides del dentista. Visítalo periódicamente. Visita a tu dentista al menos una vez durante el embarazo, preferentemente en el segundo trimestre.
- Cepíllate los dientes al menos dos veces al día con dentífrico fluorado y enjuágate con un colutorio adecuado
- Consume alimentos saludables evitando los dulces.
La realidad
El embarazo es un momento de riesgo para la salud dental de mujer debido a los cambios hormonales, pero una correcta higiene bucodental puede prevenir todos estos problemas. De hecho, uno de los mayores problemas que suelen tener las mujeres embarazadas es la gingivitis o sangrado de encías debido a una inflamación por culpa de la progesterona y los estrógenos, pero esta enfermedad, tratada, no tiene por qué representar gravedad ninguna. No obstante, si no se tratara, sí podría derivar en una periodontitis y otro tipo de patologías más importantes.
Eso significa que la prevención es el mejor aliado en este tema, y que ante la aparición de cualquier signo que evidencie la aparición de un problema lo más inteligente es acudir a nuestro especialista de confianza.
De hecho, no tratar ciertos problemas dentales en la madre sí puede acarrear consecuencias para el feto.
Según los expertos, las infecciones bucales pueden aumentar el riesgo de parto prematura, bajo peso al nacer e incluso la preeclamsia, que es una de las complicaciones más graves de la gestación y se manifiesta con hipertensión arterial.
Debemos tener en cuenta que una gingivitis leve, que en la madre no presenta mayor problema, puede acabar mandando patógenos a la circulación sanguínea que, a su vez, puede hacer que acaben llegando hasta la placenta, algo que sí puede llegar a ser muy peligroso para el feto.
Una infección, y/o inflamación de la placenta puede provocar:
- Ruptura prematura de las membranas y contracción uterina que, a su vez, puede causar parto pretérmino, que es aquél que tiene lugar antes de la semana 37 de la gestación.
- Alteración del crecimiento y desarrollo de la placenta y el feto, pudiendo provocar un déficit en el transporte de nutrientes a la placenta y bajo peso al nacer.
- Una alteración en el desarrollo de los vasos sanguíneos placentarios que puede derivar en preeclampsia
Dicho todo esto, ¿sigues pensando que es mala idea acudir al dentista estando embarazada?