Como cada primavera comienza ya la famosa “operación bikini”, una alimentación inadecuada dominada por alimentos procesados o demasiado abundante durante el invierno con un exceso de calorías importante, el sedentarismo en el trabajo y en el tiempo de ocio, un estilo de vida que nos lleva a acumular esos kilos de más y que provoca que llegado este tiempo nos entren las prisas y los agobios por adelgazar y recuperar el peso que consideramos perfecto para nuestro cuerpo, nuestra salud y también por qué no para nuestra mente.
La clave está en los buenos hábitos de vida saludable y la adquisición de costumbres más sanas, por ejemplo, en cuanto a la alimentación debemos seguir unas pautas como:
– Planificación de las comidas. Se elaborará un menú semanal, que deberá ser equilibrado y en base a ello se realizará la lista de la compra semanal, consiguiendo un ahorro de tiempo. Una elaboración de platos más sana y pensada nos facilita el poder cocinar algún plato para varios días, como una sopa o una crema. Una buena idea es tener en cuenta los productos de temporada, con ello obtendremos dos beneficios, uno reducir un poco el importe total de nuestra compra y otro adquirir y consumir los alimentos en su mejor momento, por ejemplo, entre los meses de marzo y mayo es la temporada de la fresa, al igual que las cerezas que empiezan a madurar a finales de la primavera, sin embargo, para las naranjas su mejor época de consumo es entre noviembre y marzo. Si tenemos la suerte de encontrar en el mercado un producto de temporada que se encuentre muy bien de precio y nos guste, se puede adquirir más cantidad y mantenerlo en una bandeja o una cesta de mimbre apropiada para ello. Este tipo de cestas, las podemos encontrar las típicas empresas familiares de mimbre de toda la vida donde el trabajo artesanal es lo que importa. Además, normalmente no solo encontramos las cestas de mimbre, sino que, buscando, también podemos encontrar bandejas, muebles auxiliares, baúles, rattan-bamboo, contenedores de mimbre, cucadas de forja, mobiliario de jardín, botelleros, cestas de navidad, roperos, etc., además de una gama especial para hoteles, restaurantes, promociones y regalos, lo cual les hace líderes en el almacenamiento de alimentos con materiales y procesos totalmente artesanales.
– Tener en cuenta la pirámide alimenticia. Por su forma podemos observar claramente qué alimentos se pueden consumir en mayor o menor cantidad. Así nos encontramos con que en la base que es más amplia están los cereales, pastas, pan, patatas, en definitiva, los alimentos que hay que consumir más a diario, los hidratos que carbono. Después se encuentran las frutas, verduras, legumbres… A continuación, leche y productos lácteos como yogur o queso, pescado, carne, pollo, huevos… las proteínas. Y, por último, los alimentos que hay que consumir de una manera excepcional, como son los embutidos, pastelería, bollería, etc., así como las bebidas con grandes aportaciones de azúcar y calorías puesto que no son beneficiosas para la salud.
Ahora bien, ¿es todo el mismo producto? Por supuesto que no. Estas pasadas navidades tuve la suerte de probar lechón de Valladolid, que no voy a decir que sea el mejor del mundo pero al menos sí es uno de los mejores que yo he probado. Fue mi madre la que decidió cocinarlo gracias a una receta que le dieron en Charcuredondo, la típica carnicería de toda la vida, y no hay palabras para comparar lo que es un buen bocado a un plato exquisito cocinado con el amor de una madre y cuando lleva productos de primera calidad, ante el bocado de cualquier otro tipo de filete.
– Método de cocinado. Siempre preferiblemente a la hora de cocinar los alimentos optaremos por la cocción, el vapor, el horneado o la plancha, evitando en la medida de lo posible los fritos, rebozados o alimentos precocinados puesto que el uso excesivo de aceites, sobretodo si no son de oliva, nos acarreará problemas de salud a medio y largo plazo.
Otras pautas saludables para llevar una vida saludable
Otra pauta para adquirir dentro de los hábitos de vida saludable es la práctica diaria de ejercicio físico, una buena opción sería:
– Comenzar una actividad de forma gradual e ir incrementando su intensidad y el tiempo de duración poco a poco.
– Caminar con un buen ritmo, comenzando por unos 30 minutos al día, para ir aumentando progresivamente.
– Nadar, aerobic, jugar al tenis, andar en bici o cualquier otra actividad acorde a la condición física.
– Bailar, es una forma de hacer ejercicio muy gratificante.
Y, además, no debemos de olvidar el beber agua para hidratarse, pues el ejercicio físico provoca pérdidas de agua por el sudor.