Cordelería: la mejor manera de agilizar una mudanza

Vivimos en un momento de la Historia que podríamos considerar como algo así como «la edad del estrés». Cualquier cosa a la que nos enfrentamos nos genera una cantidad de estrés a causa de que ese tiempo nos va a quitar tiempo para realizar otro tipo de cuestiones que consideramos igual de importantes en nuestra vida. Desde luego, es evidente que tener estrés no nos ayuda en absolutamente nada y que hay que hacer todo lo posible por evitar situaciones de este estilo aunque la sociedad nos conduzca de una manera prácticamente irreversible a ello.

Uno de los asuntos que más estrés nos causa a lo largo de nuestra vida no es el trabajo. Ni siquiera lo es el coronavirus. Hablamos de un hecho como lo es una mudanza. Cuando realizamos una, siempre barajamos una fecha para la cual no solo queremos haber abandonado nuestro domicilio actual, sino que queremos habernos instalado en el domicilio nuevo. Siempre hay algo que nos retrasa y que pone en jaque esa fecha. Y eso, como no podía ser de otra manera, nos hace no dormir con la tranquilidad que deseáramos.

Lo cierto es que España no es país para mudanzas. Así lo dice un artículo que fue publicado en el portal web de Idealista que asegura que en nuestro país solo se realizan dos cambios de residencia durante la vida, de media. No deja de sorprender este dato puesto que revela que los españoles somos unos amantes de la estabilidad y que valoramos ante todo eso cuando, en ocasiones, nos puede parecer lo contrario. Lo cierto es que, teniendo en cuenta que cada vez nos independizamos más tarde, no nos descuadran en absoluto estos datos.

De hecho, la página web del diario 20 Minutos informaba que los españoles somos los europeos que menos cambiamos de vivienda a lo largo de la vida, algo que refuerza ese mensaje que apuntaba Idealista y que pone de manifiesto que en España no somos demasiado amigos de los cambios ni mucho menos. Desde luego, una cosa está clara: cuando una persona de nuestro país se siente cómoda en una casa, es bastante complicado que decida cambiarla por otra. Este tipo de actuaciones ya ha quedado claro en infinidad de ocasiones en el interior de nuestras fronteras y tenemos la sensación de que van a seguir siendo así en los próximos años y décadas.

Uno de los eventos que termina marcando nuestra vida de una manera o de otra es el que tiene que ver con el cambio de vivienda, algo que los españoles tardamos en hacer pero que siempre terminamos ejecutando, tarde o temprano. Todo el mundo trata de realizar este tipo de procesos de la manera más rápida y más segura posible. Y lo que nos comentan desde Cuerdas Valero, una entidad especializada en todo lo que tiene que ver con la elaboración de cordelería, es que todo el mundo apuesta por este tipo de productos para agilizar estos procesos.

Todo por lograr la independencia

Aunque es cierto que, por regla general, los jóvenes suelen admitir que vivir con sus padres es algo bastante cómodo, tarde o temprano llega la hora de emigrar. Y ya sea a través de la compra de una vivienda o de un alquiler, la verdad es que terminan saliendo de casa para vivir su propia vida y encontrar de esa manera una libertad que en casa de sus padres terminan perdiendo por cualquier razón con el paso de los años. Y es que no cabe la menor duda de que no hay nada mejor que no tener que darle explicaciones a nadie. Para eso, disponer de una vivienda propia es la mejor alternativa.

Está claro que todo el mundo es más feliz si vive de una manera independiente y no tiene que vivir en casa de otros. A fin de cuentas, residir en casa de nuestros padres nos termina generando cierto estrés a todos, que queremos ir ganando en libertad a medida que pasan los años y queremos granjearnos la posibilidad de vivir en la que consideremos la casa de nuestros sueños. La verdad es que ese debe ser el sueño de todo joven que se precie.

No cabe la menor duda de que tenemos que poner toda la carne en el asador para tratar de que los jóvenes encuentran facilidades para independizarse. De lo contrario, serán esclavos de la realidad, algo que mucha gente no soporta y que desde luego supone un perjuicio bastante grande para tratar de conseguir esa independencia y esa libertad tan necesarias para garantizar al final la que es la última de las finalidades, que no es otra que la felicidad. Y es que ese debe ser el propósito de todas las personas que habitan sobre este planeta.

 

 

 

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