El ser humano, por regla general, tiene muchas maneras de tratar de ser feliz. Una persona puede ser feliz al disfrutar de su familia, al aprovechar al máximo su tiempo libre, al disfrutar de salidas conjuntas con sus amigos y hasta incluso con el trabajo para el que ha sido contratado. Esa felicidad es algo impagable y es algo que todos y todas buscamos sin descanso. La verdad es que no es para menos. La sensación que nos aporta la felicidad es algo que no se puede describir y lo cierto es que todos estaremos de acuerdo al afirmar que merece la pena tener una vida que esté repleta de ella.
Una de las maneras de disfrutar de la vida es aprovechar momentos, fechas destacadas en el calendario para convertirlas en inolvidables. Los eventos más señalados en este caso son los que tienen que ver con los cumpleaños, en los que reunimos a familiares y amigos del protagonista y que son eventos señalados para, por ejemplo, apostar por la originalidad que transmiten los disfraces. Y es que, desde luego, Carnaval y Halloween ya no son las únicas festividades del año que bien merecen que nos hagamos con un disfraz.
¿Por qué nos disfrazamos? Hemos buscado algún artículo que intente ofrecer una explicación a esta necesidad del ser humano y os vamos a hablar de dos en concreto:
- En primera instancia, una noticia publicada en el portal web mexicano de El Universal informaba de que el hecho de disfrazarnos es cada día más habitual por un motivo: porque nos ayuda a desinhibirnos y a olvidar, en buena medida, los aspectos que menos nos gustan de la vida y de la realidad que nos rodea. Desde luego, está claro que este método funciona y que lo hace a la perfección.
- Otra noticia, en este caso publicada en el portal web Navarra Información, asegura que el hecho de establecer un marco de irrealidad en el que está permitido todo tipo de cuestiones sin que haya penalización es otro de los grandes motivos por los cuales la gente adora disfrazarse. Y, además, apunta que el hecho de que nos guste (o no) disfrazarnos depende de dos factores que son clave: los valores culturales y los comportamientos aprendidos. De ello depende que solamos apostar por los disfraces a la más mínima oportunidad que tengamos para ello.
Una manera de tener a los más pequeños bien entretenidos y felices es hacer que disfruten de todos los beneficios que implica el hecho de disfrazarse. Y un buen momento para hacerlo es a la hora de celebrar un cumpleaños. Y es que ya no nos basta con disfrazarnos en Halloween o en Carnaval. Desde luego, son muchas las familias españolas que ya apuestan por los disfraces en un momento como en el que nos encontramos para celebrar los cumples. Así es como nos lo han contado los profesionales de una entidad como lo es Ideal Fiestas, especializados en todo lo que tiene que ver con la organización de cumpleaños, incluidos los trajes y disfraces de los que venimos hablando.
Conservar la moral alta, especialmente importante durante estos tiempos
La llegada del COVID-19 nos ha cambiado la vida de una manera realmente grande en muy poco tiempo. Es cierto que es complicado mantener la moral alta en un momento como en el que nos encontramos, pero la verdad es que hay maneras de, por lo menos, intentarlo. Y eso es en lo que puede ayudar un objeto como lo es un disfraz. A los niños, que han sido víctimas indirectas de todo lo que está pasando a causa de que ellos son de los que más necesitan salir a la calle, les ha venido bien encontrar una manera de disfrutar de la vida. Aunque sea ahora.
La verdad es que disfrazarse ha sido una de las mejores técnicas elaboradas por los padres para garantizar la alegría de sus hijos desde el pasado mes de marzo. Es algo que nos han contado desde muchas familias con hijos pequeños y que han visto cómo los más pequeños han tenido que estar recluidos en casa sin ni siquiera poder salir a la calle o a comprar para evitar riesgos. Ha sido clave poder disponer de un disfraz para no acabar con la salud mental del niño por los suelos.
Nos encontramos en un momento en el que cada vez nos disfrazamos más y por más cosas. Primero solo era cuando llegaba Carnaval. Después, se empezó a poner de moda Halloween. Ahora, disfrazarse es algo típico de los cumpleaños y de las despedidas de soltero. Y es que disfrazarse es sinónimo de felicidad y una de las mejores maneras que tenemos de celebrar la vida. Estamos seguros de que los más pequeños han agradecido y mucho estea nuva manera de pasar su tiempo libre.