El turrón es de los dulces españoles más tradicionales que pueden existir. Con base de almendra, miel y azúcar, sus orígenes se remontan al pueblo árabe que tenía una gran afición por consumir dulces durante las celebraciones religiosas.
Acompáñanos a conocer su origen y más importante, sus propiedades nutricionales que a parte de hacerle un manjar delicioso, también le hacen un alimento muy beneficioso para nuestra salud; y todo esto de la mano de una experta en la elaboración de este rico dulce, Adelia Ivañez.
Los orígenes del turrón
Las raíces de esta deliciosa tradición se remontan a los árabes, a quienes les gustaba consumir dulces para sus celebraciones religiosas. Luego, de ahí, llega a los pueblos europeos, en donde se convertiría en una auténtica tradición del cristianismo, especialmente durante las fiestas navideñas.
Hoy en día, el turrón es el dulce español por excelencia y también el más conocido internacionalmente. De hecho, supone el 74% del consumo de dulces navideños, según datos de la Asociación Española de Turrones y Mazapanes. Exactamente son 46 millones de kilos de turrones los que se consumen en España cada año.
Una creación con almendra, miel y azúcar
Para ponernos más en contexto, primero debemos explicar que existen dos variedades del turrón tradicional:
- Turrón blando, también llamado de Jijona, tiene un color terroso, marrón, dado a la almendra tostada y lleva la Denominación de Origen.
- Turrón duro, o de Alicante, con la Denominación del Consejo Regulador. Es aquel en el que se ve la almendra entera, con oblea, y es de color blanco.
No obstante, cabe acotar que se suele considerar turrones a las variedades de Yema tostada y sin tostar, el Coco, el de nieve (muy parecido al mazapán), el de frutas, el de chocolate, guirlache y poco más; dejando totalmente de lado esos de sabores extraños como fresa, plátano, gin-tonics, etc.
Los dos tipos de turrón tradicional que mencionamos anteriormente llevan los siguientes ingredientes:
- almendra tostada (variedad Marcona a ser posible),
- miel pura de abeja (normalmente de romero o azahar),
- clara de huevo (albúmina),
- azúcar,
- y en el caso del turrón duro, este también lleva la oblea típica.
Así, básicamente, el turrón se compone de tres ingredientes: almendra, miel y azúcar, siendo que las almendras conforman un alimento importante en la dieta mediterránea gracias a su elevado valor nutritivo: 18% de proteínas y 10% en fibra.
Luego está el azúcar, que quizá es el ingrediente que más controversia crea en cuanto a aspectos nutricionales, y ese es el motivo por el cual en algunas ocasiones tratamos a este dulce navideño como poco apto para nuestra salud.
Cabe acotar que antiguamente, el turrón no llevaba azúcar sino miel, y fue con el paso de los años que se introdujo en la industria al estar más disponible, ser más económico y ser más fácil de manipular.
Sin embargo, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Jijona y Alicante marca los porcentajes mínimos de cada materia prima para que tenga la óptima calidad para que el producto sea protegido de cara al consumidor. Por ejemplo Además establece los porcentajes mínimos de almendra en un producto terminado: 64 % en el caso del Turrón de Jijona y 60% en el caso del Turrón de Alicante, que junto a un mínimo del 12% de miel hace que lo que los turrones amparados por el Consejo Regulador siempre pertenecen a la calidad suprema, la más alta según la Reglamentación Técnico-Sanitaria de Turrones y Mazapanes.
¿Qué nos aporta el turrón?
Aparte de proteínas (por el huevo y la almendra), el turrón contiene 7 de los 9 aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita, ácidos grasos esenciales (la mayoría insaturados) similares a los que aporta el aceite de oliva, hidratos de carbono (gracias al azúcar y la miel) y un alto valor vitamínico (vitaminas A, E, B1, B2…).
Por su parte, la almendra, también nos aporta minerales (magnesio, hierro, potasio), un gran valor energético y bajo contenido en azúcares, lo que la hace muy recomendable, en especial para diabéticos.
Además, la almendra, considerada el ingrediente estrella del turrón, es una materia prima de alto contenido calórico, que funciona como una aliada perfecta para reponer las reservas de glucógeno y el gasto energético que solemos perder con la práctica de actividades físicas, y además, de una forma rápida y natural.
Por ejemplo, son muchos los casos de montañeros o ciclistas que recurren al turrón para conseguir un aporte de energía rápido y concentrado mientras se encuentran en pleno rendimiento o para reponer las reservas de glucógeno gastadas después de una larga jornada de entrenamiento o competición, ya que el turrón resulta muy adecuado como ayuda ergogénica.
De hecho, el mismo organismo, ávido de reservas de energía, optimizará los nutrientes del turrón, convirtiéndolo en una auténtica barrita energética natural con un gran contenido en hidratos de carbono y grasas vegetales.
Así, es muy conveniente consumirlo tanto antes del ejercicio, para disponer de los depósitos de glucógeno llenos, como avituallamiento durante los rodajes largos en los que necesitas reponer energía, e incluso, después de la práctica de deporte como recuperador de las reservas de glucógeno de los diferentes grupos musculares.
Pero además, podemos encontrar otros muchos beneficios en el consumo equilibrado de turrón gracias a los demás ingredientes con los que se elabora. Por su parte, la miel es un hidrato de carbono al igual que el azúcar, pero con la diferencia de las propiedades antioxidantes que presenta el primero. El huevo es fuente de proteína de un elevado valor biológico. Y de nuevo con las almendras, además de ser un estupendo aportador y recuperador de energía por su alto contenido calórico como ya hemos analizado anteriormente, es un fruto seco rico en grasas monoinsaturadas, proteínas, vitaminas B1, B2, PP, C, A D y E, calcio, fósforo, hierro, potasio y magnesio entre otras propiedades. Y es que las almendras representan una fuente de proteínas vegetales, esenciales para el consumo. Además su poder antioxidante contribuye a proteger el estado de nuestras articulaciones en edad adulta. Su contenido en calcio ayuda al fortalecimiento de los huesos y a prevenir la osteoporosis y se convierte en una aliada medicinal gracias a sus propiedades antisépticas.
El turrón con chocolate
Esta variación del turrón es, además de deliciosamente popular, un alimento muy saludable; y es que aparte de los frutos secos, el chocolate es otro de esos ingredientes estrella de los turrones con cientos de beneficios.
Por ejemplo, si hablamos en concreto de los turrones con chocolate negro, se consideran un alimento muy saludable gracias a su alto contenido en polifenoles antioxidantes, muy parecidos a los del vino tinto o los del té verde. De hecho, muchos estudios sobre el consumo de chocolate como suplemento han demostrado que este reduce la oxidación del colesterol LDL o colesterol malo de forma significativa, lo que a su vez conduce a una reducción del riesgo de arteriosclerosis, del colesterol y un aumento de lipoproteínas de alta densidad.
En conclusión, el turrón de chocolate es tu mejor aliado en la prevención de enfermedades cardiovasculares.
El turrón contra el colesterol malo
Ya que mencionamos a nuestro enemigo, el colesterol malo, y lo bueno que es el turrón de chocolate contra este mal; queremos ahondar más en lo beneficioso que es este alimento en la lucha contra las enfermedades relacionadas con el colesterol.
Debemos comenzar mencionando un estudio científico llevado a cabo por los investigadores D. Hyson, B. Schneeman y P. Davis y publicado en la revista European Journal of Clinical Nutrition que expone que consumir almendras, como las que contiene el turrón, podía reducir el colesterol LDL o “colesterol malo” en la sangre. Esto porque en este caso, tanto las almendras como el aceite de almendra demostraron tener efectos similares en los lípidos del plasma y la oxidación de LDL o colesterol malo tanto en hombres como mujeres sanos.
Por otro lado, los turrones también pueden contener otros frutos secos, como avellanas, nueces o piñones, los cuales son ricos en nutrientes que pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular.
También es un buen antioxidante
Por si todo lo anterior no fuera suficiente, una investigación publicada en The Journal of Nutrition comprobó que el consumo diario de almendras aumentaba el contenido de antioxidantes en personas fumadoras que, como hemos visto, representan un grupo de riesgo por su bajo nivel de antioxidantes, frente a las personas no fumadoras.
Eso si, pese a sus enormes ventajas no debemos olvidar que el turrón es un alimento que debemos consumir con moderación, debido a su alto contenido calórico. Además, debes tener en cuenta que en el mercado podemos encontrar otras variedades de turrón que nada tienen que ver con el tradicional turrón que tiene a la almendra como ingrediente estrella y que no te va a aportar los beneficios mencionados. Nos referimos, por ejemplo, a aquellos turrones elaborados a base de arroz inflado o a los de crema catalana y otros semejantes elaborados a base de cantidades ingentes de azúcar y grasas hidrogenadas.