Helados en Navidad

Llega Navidad, el frío, las ganas de beber chocolate caliente, infusiones y té y a mí me entran unas ganas de locas de tomar helado que no veas… Mi madre siempre ha dicho que yo iba al revés del mundo y al final me lo voy a acabar creyendo, pero es que no puedo evitarlo. En verano también me apetecen los helados, por supuesto, pero el calor me quita el apetito y al final los únicos helados que tomo son de esos tipo “flash” de hielo. Nada de mantecados ni cosas así.

Cuando estuve en Italia, donde los helados son tan famosos “Il Gelato Italiano”, los únicos que pude tomarme a gusto fueron los de frutas y el de limoncello, ese sí que estaba bueno, pero me gustaban porque son frescos y suaves, no empalagosos como los de cookies, chocolate, turrón y cosas así.

Ahora sí que me apetece estar en casa, al calor de la estufa, con una manta sobre las piernas, viendo una buena película un domingo por la tarde y en mis manos una tarrina de helado mantecado o algo así. Lo malo es que estoy a dieta y eso es un poco contraproducente, por eso he decidido probar a hacer mis propias recetas de helados bajos en calorías y hoy os traigo las mejores. Ahora bien, aunque sean bajas en calorías no podéis inflaros a helado porque al final, un poco es bueno y demasiado siempre es excesivo. Aunque siempre podéis contratar los servicios un entrenador personal que os ponga en forma en menos que canta un gallo. Es cuestión de gustos pero, veamos las recetas:

Helado de Yogur

Lo creáis o no el helado de yogur, tan de moda este pasado verano, puede ser uno de los mayores aliados de las dietas cuando el calor aprieta pero tienes que saber dónde comprarlo o cómo fabricarlo en casa. Si lo tuyo no es la cocina lo mejor es que compres yogur helado de marcas que fabriquen productos con ingredientes artesanos, bajos en grasa, ricos en fibra y sin gluten. No os aconsejo que os fieis de todas las marcas porque suelen meterle muchísima azúcar a la mezcla y la leche que fermentan para el yogur suele ser entera.

Para hacer yogur helado necesitarás:

  • 575 gramos de yogur griego desnatado natural o con edulcorantes.
  • 30 gramos de miel suave de flores.
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla o semillas naturales.

Vertemos los yogures griegos en una jarra, sacando el exceso de suero si lo tuviesen, junto a la miel y la vainilla. Removemos con unas varillas hasta obtener una crema ligera y homogénea. Pasamos a un recipiente apto para congelador y congelamos. Para hacer este helado a mano debemos remover cada cierto tiempo la mezcla, o simplemente verterlo en la heladora y dejar que se haga durante 20 minutos. Una vez listo lo tapamos con papel de horno y cerramos bien el tuper.

Sorbete de Sandía

Necesitarás: 500 gramos de sandía limpia y sin pepitas, 125 ml de agua, 60 gramos de azúcar, 2 cucharadas de zumo de limón y una pizca de sal.

En un cazo echamos el agua y el azúcar, removiendo un poco, y llevamos a ebullición. Una vez comience a hervir, contamos dos minutos. Retiramos del fuego y pasamos el almíbar a otro recipiente para que se enfríe. Mientras, trituramos la sandía limpia junto con el zumo de limón y la sal. Una vez obtenido el puré lo mezclamos al almíbar ligero.

Pasamos a un recipiente que sirva para el congelador y congelamos durante unas horas, removiendo de vez en cuando, hasta que tenga la textura adecuada. En este caso no es necesario tener heladora y al hacer una base de almíbar, no cristalizará, pero es conveniente remover la mezcla con un tenedor un par de veces.

El resto de intentos de helado casero que he probado en casa han sido un fiasco así que si vosotr@s sabéis alguna receta más que funcione no dudéis en contárnosla en los comentarios y ya sabéis, esta Noche Buena, de postre:  helado!!!.

Helado de pistacho

Antes de nada debes saber que tienes que «fabricar» pasta de pistacho. Para ello necesitas un pistacho de calidad. Según Viveros la Herriza, el pistacho ecológico de temporada será el perfecto para ti.

Después todo es bastante sencillo. Ponemos en un cazo la nata, la leche, la miel y la pasta de pistacho y lo calentamos hasta que esté a punto de hervir. Ponemos en un cuenco grande las yemas de huevo y el azúcar glas y batimos hasta que blanqueen. Vertemos la mezcla del cazo caliente en un chorro fino sobre la mezcla de yemas sin parar de remover.

Ponemos de nuevo toda la mezcla en el cazo y calentamos sin dejar de remover hasta que la mezcla espese un poco. Debe alcanzar unos 80/83º C, sin pasarnos de esta temperatura pues se cuajan las yemas. Dejamos enfriar hasta que esté a temperatura ambiente y luego lo ponemos en el frigorífico hasta que esté bien frío. Entonces lo ponemos en la heladera hasta que esté hecho el helado.

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