Parece increíble que una de las cosas más importantes para el desarrollo de la vida, cada vez resulte más difícil de obtener. Lejos queda ese artículo de la Constitución Española, todavía vigente, huelga decir, donde reza que: todo ciudadano español, tiene derecho a una vivienda digna. Nadie sabe donde han quedado esas dignas palabras, porque a día de hoy, la ciudadanía española, considera la adquisición de una vivienda como una misión imposible.
La compra venta de viviendas se ha visto afectada por numerosos factores y ante la inminente recuperación que parecía asomar unos meses atrás, la desaceleración ha hecho una nueva entrada en escena. Los profesionales del sector de Huella Digital, sufren de primera mano este parón en sus gestiones inmobiliarias. En este momento el acceso a la vivienda en propiedad esta reservado a unos pocos privilegiados. Cabe señalar que la demanda, sin embargo, supera a la oferta. Esta extraña paradoja, contrasta con las últimas noticias del sector.
El mismo Banco de España, anuncia problemas para las familias hipotecadas con las inminentes subidas en los tipos de interés de las hipotecas. Para aquellos que tengan la intención de hipotecarse, los precios se disparan a niveles en los que adquirir esa vivienda digna, de la que habla la Constitución resulta una utopía.
Desde aquellos tiempos felices de la burbuja inmobiliaria, donde comprar y vender pisos era tan habitual como fácil, la vivienda se ha convertido en un lujo. Sin olvidar que todos aquellos que felizmente compraron casas, las fueron perdiendo por una u otra circunstancia. El resultado ha sido que la mayor inmobiliaria del país, son los bancos y entidades financieras.
El caos inmobiliario aumenta, debido a que actualmente, los precios se van a seguir disparando, sobre todo en lo que a obra nueva se refiere. Los costes se incrementan debido al encarecimiento de la materia prima. La falta de recursos, la guerra de Ucrania y la resaca de la pandemia están haciendo estragos a todos los niveles y en todos los sectores.
Independientemente de la economía inmobiliaria, el acceso a la vivienda es cada vez más complicado para los ciudadanos de la extinta clase media. La incapacidad de obtener una vivienda en propiedad ha dado como resultado un encarecimiento en los costes de los alquileres.
La obligación de buscar un piso de alquiler, para muchos ciudadanos que han perdido su vivienda o se han visto obligados a venderla, se une a la necesidad de otros tantos de acceder a un alquiler por otros motivos. Este incremento de la demanda de alquileres se ha traducido en un aumento de los precios en los arrendamientos. Llevando a una inmensa mayoría al extremo de tener que compartir vivienda con otras personas o familias.
Desigualdad y polarización
En los últimos años, la desigualdad se ha hecho más que patente mediante el acceso a las viviendas. Mientras que algunos cuentan con varias propiedades en su haber, una parte de la población no cuenta con ninguna propiedad y tampoco la posibilidad de poseerla. La polarización es un factor que alcanza niveles insospechados y aumentan las dificultades para los que menos recursos tienen.
Si a esto se añade el hecho de que para poder acceder a un alquiler, las condiciones son cada vez más exigentes, queda manifiesto que la desigualdad va a seguir en aumento.
Tanto los propietarios, como los posibles inquilinos, se hayan en la actualidad en un punto complicado. Muchos propietarios, ven como pierden sus propiedades a manos de los ocupas, en tanto que los demandantes de un alquiler digno que, pretenden cumplir con sus obligaciones, encuentran mil impedimentos para acceder a alquileres asequibles.
No parece que la tendencia vaya a cambiar. Los precios van a seguir disparándose en beneficio de unos y en detrimento de otros. Las dificultades que se presentan para todas aquellas personas que no poseen una propiedad, van a verse más afectadas a la hora de poder hacer frente a los costes de un alquiler. En tanto que los propietarios, verán afectados los intereses de sus hipotecas, repercutiendo esos gastos en los inquilinos.
La eterna paradoja de la cultura española en lo que a vivienda se refiere. En lugar de procurar un acceso a la vivienda digna para todos, la tarea cada vez es más complicada. Entre el trabajo precario, las continuas crisis, las guerras y un largo etc. el ciudadano común, se las ha de componer para poder subsistir.
Independientemente de las contradictorias noticias que se pueden encontrar respecto al sector inmobiliario, la realidad, es que encontrar vivienda y poder acceder a ella, es para muchos, una misión imposible.