Prolonga la vida de tus ventanas

Cada vez son más los hogares que cuentan con ventanas de PVC para mantener la casa bien aislada. La vida útil de este material, puede llegar a los cincuenta años. Sus propiedades, lo convierten en un material inalterable y resistente a las inclemencias del tiempo. Incluso en zonas donde el clima es húmedo y frio o por el contrario, árido y seco, las ventanas de PVC presentan una durabilidad extrema.

Una de las características que ofrece el PVC en detrimento de otros materiales, es la capacidad de evitar la proliferación de hongos y bacterias, tanto en las propias ventanas y su superficie como en el interior de la estructura. Siendo como es, un material que se puede soldar, las juntas que lo componen, no ofrecen fisuras por las que se pueda introducir ningún microorganismo. Por tratarse a su vez, de una superficie no porosa, la suciedad no se incrusta en el material, lo que proporciona una limpieza más fácil y efectiva con un menor esfuerzo.

Nuestros amigos de Replus Zaragoza, como profesionales del sector de las ventanas de PVC, nos han dado algunas pautas para realizar el mantenimiento de nuestras ventanas. Con estas pautas, lograremos que la vida útil de las mismas, alcance esos cincuenta años.

Como ya hemos comentado, la superficie de los marcos no presenta porosidad, por lo que difícilmente, la suciedad va a penetrar en el mismo. Eso no implica que otros elementos como el hollín, el polvo o la arena, ensucien las ventanas. Aun siendo de esta manera, siguiendo unas pautas básicas, estas se mantendrán siempre como el primer día de su instalación.

Unos consejos previos antes de limpiar los marcos

Todas las ventanas vienen de fábrica con un papel adhesivo que protege los perfiles. Este papel, hay que quitarlo no mas tarde de los tres meses de su instalación. Con el paso del tiempo, este papel adhesivo, puede llegar a cristalizar, a causa de las inclemencias del tiempo o cambios de temperatura. Si cristaliza, será mas complicado de quitar totalmente, además de dejar un aspecto deslucido en las ventanas. La misión de este adhesivo es evitar roces durante el transporte para la instalación, cumplida su misión, hay que retirarlos.

Hay que limpiar en primer lugar, los marcos de las ventanas y después, los cristales. Así se evita ensuciar el cristal cuando se limpien los marcos y tener que volver a empezar. Muchas veces, lo hacemos al revés y al final, resulta un circulo vicioso.

Para realizar la limpieza de los marcos de una ventana de PVC, hay que utilizar una bayeta húmeda junto con un jabón neutro. Existen en el mercado numerosos productos específicos para la limpieza de este tipo de material, pero es suficiente con una jabón de los que habitualmente utilizamos en casa, siempre y cuando, sea neutro. No pueden utilizarse productos abrasivos o disolventes, podría dañarse gravemente el material.

Al contrario de lo que sucede con otros materiales como la madera o el aluminio, el PVC, nunca pierde su capa de protección. No obstante, no debe nunca limpiarse con un trapo seco, detergente en polvo, un estropajo o cepillos duros y secos. La utilización de estos productos, pueden rayar el PVC y aunque eso no implica que pierdan sus propiedades aislantes, las zonas rayadas generan mal aspecto y aumentaría la posibilidad de que la suciedad se incrustase por lo que sería más difícil su limpieza.

No se pueden pintar los perfiles para cambiar su color y restar suciedad, como se hace con las ventanas de madera, por ejemplo. El resultado será más bien nefasto. En caso de querer otro color para tus ventanas, puedes optar por una gran gama de colores, acabados y texturas.

A la hora de limpiar las ranuras de aireación hay que asegurar de que quedan bien limpias para que cumplan su cometido,

Especial atención a las juntas y errajes de la ventana

Las juntas de goma que se utilizan en las ventanas se fabrican con diferentes tipos de plástico. Para mantenerlas en óptimas condiciones, los propios fabricantes, aconsejan echar en ellas polvos de talco una vez al año. Así se mantienen en mejores condiciones y mantienen su elasticidad.

En algunas ocasiones, las juntas presentan mucha suciedad, se pueden limpiar con agua y en caso puntual, puede utilizarse el mismo jabón neutro que para los perfiles. Algunos jabones concentrados pueden dañar la goma con las que se fabrican.

De forma regular, pude utilizarse un lápiz de silicona para engrasarlas regularmente y asegurar que se mantengan flexibles.

Cada seis meses, es recomendable engrasar las partes metálicas con las que cuenta la ventana con aceite que no contenga ácidos en su composición.

En cuanto a las ventanas correderas, los raíles, necesitan una limpieza y engrasados regulares para que, al deslizarse, no patinen o chirríen. Es fundamental para su correcto funcionamiento ya que, de otro modo, pueden estropearse y no ajustar bien el cierre.

Estos sencillos consejos y pautas de limpieza y mantenimiento, son fáciles de seguir y prolongarán la vida útil de las ventanas de PVC. Teniendo en cuenta que el propio material ya de por sí, resulta bastante más higiénico que otros, su fácil limpieza no resultará un problema.

Sin duda, las ventanas de PVC, ofrecen numerosas ventajas en todos los aspectos. Las de madera, aun siendo una excelente opción, requieren de más cuidados y atenciones. Su limpieza y mantenimiento puede conllevar restauraciones y requerir de barnices especiales según la ubicación de la vivienda. Pues hay zonas en las que su durabilidad se ve mermada por las condiciones meteorológicas. Con las de aluminio, sucede algo similar. Pueden presentar zonas picadas por la humedad y requieren productos más específicos para su limpieza.

Esta facilidad de mantenimiento, es solo un valor añadido más a la eficiencia que presentan, la estanqueidad y el aislamiento que ofrecen. Así como el menor coste, tanto de la instalación como de su mantenimiento. Los productos con  los que se han de limpiar, son económicos y no pasan del agua y el jabón. Los polvos de talco, suelen formar parte de todos los hogares y aceite para engrasar tampoco.

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