Ilimitados, pero con matices

Contar con una tarifa plana es lo más común en los tiempos que corren. En lo que a telefonía e internet respecta, la llegada de estos planes de contratación supuso un suspiro para la inmensa mayoría de los consumidores. Aunque las tarifas de telefonía móvil (el fijo vamos a dejarlo a un lado) bajan precipitadamente, con la llegada de los smartphones y la navegación por la red desde los teléfonos, hacia necesaria otra serie de tarifas.

Las compañías de telefonía empezaron a promocionar y comercializar todo tipo de tarifas en las que se ofertaban minutos y datos a menor precio según las necesidades de cada cliente. Poco a poco, la necesidad de disponer de manera continuada de datos en el teléfono, propició la llegada de tarifas de consumo ilimitado.

Oferta y demanda caminaban de la mano y en perfecta sintonía. Los clientes felices y contentos por poder contratar estos servicios y las compañías, por atraer más y más clientes, fomentando el consumo. De esta manera, la red siempre esta en uso, siempre a tope y con demasiados usuarios que llenan las arcas de las empresas.

Lo cierto es que esta muy bien pagar un precio concreto cada mes y disponer de una conexión ilimitada tanto por voz, como por datos. Poco después de las tarifas planas, eliminaron el roaming en Europa, favoreciendo también, en apariencia, al consumidor. Podías y puedes llamar de forma ilimitada a las personas que vivan en otro país. Ahora solo queda dar el salto al otro lado del charco y del mundo para eliminar el roaming internacional. Todo se andará.

Aparentemente, estas tarifas tan acertadas y de las que todos disponemos, no tienen trampa ni cartón. En desuso queda prácticamente, el prepago, aunque aun existe y mediante el cual también puedes contratar una tarifa plana acorde con tus circunstancias. La unificación de líneas de teléfono en una misma factura, incrementa, gracias a las increíbles ofertas que te hacen las compañías, bajando el coste de la nueva línea sobre el de la principal y regalándote datos y más datos.

Nos preguntamos si en realidad todo esto no tiene truco. Seguro que a mas de uno le surge esa duda. Poco nos importa en realidad pues en la mayoría de los casos, a ninguno nos suele afectar esa falta de transparencia existente. Aun así, hemos hablado con Oroc, profesionales del sector de la telefonía, para averiguar un poco más sobre esas normas de uso razonable con las que cuentan los contratos.

Políticas de uso ¿razonable?

Contratar una tarifa plana e ilimitada esta muy bien. Sobre todo para usuarios que no se exceden en su consumo, quedando más bien sobrados y sintiendo que en ocasiones, pagan de más por no aprovechar la circunstancia. No obstante, los consumidores que, si hacen un buen uso de sus tarifas planas e ilimitadas, son conscientes de la falta de transparencia que existe en estas contrataciones tan geniales. Tras asumir que el roaming, realmente si tiene limites de consumo, que la calidad del video en streaming pude ser recortada y las velocidades máximas se puede restringir, entre otros muchos aspectos que se supone, se solventan contratando una tarifa ilimitada, muchos usuarios reclaman un poco más de concreción en las condiciones del servicio. A mayor concreción y transparencia, menor posibilidad de abuso.

A que llamamos abuso en este medio es algo que vamos a explicar a continuación. Las redes inalámbricas de telefonía, se encuentran físicamente limitadas. El espectro radioeléctrico que se necesita para el despliegue de las redes móviles y que se preste el servicio para realizar llamadas y conectarse a la red en movilidad, dispone de una capacidad limitada por el ancho de banda que este disponible y la generación móvil en la que nos encontremos. Esta generación puede ser 5G o cualquiera de las anteriores.

Cada nueva generación desarrolla un uso más eficiente de esta tecnología, favoreciendo el uso masivo, pero siendo, por igual, limitado. Por esta razón, para evitar la indeseable saturación de las redes que derivan en un mal funcionamiento, se utilizan esas políticas de uso razonable a las que se hacen referencia en la letra pequeña de los operadores. Estas políticas no son algo nuevo, las operadoras de servicios de telefonía las utilizan desde hace años.

Hasta cierto punto, es lógico que se instauren este tipo de políticas y se utilicen de modo conveniente, pues la saturación de las redes, impide establecer una llamada con éxito en según que momentos concretos a pesar de contar con toda la cobertura del teléfono. Lo que ignoramos la mayoría de los consumidores, es que las celdas que prestan cobertura alrededor de una antena, cuentan con un máximo limitado de líneas que pueden conectarse a través de ella, por lo que de haber mucha gente intentando conectarse de forma simultánea, algunas no lograrán hacerlo.

Por otro lado, estas antenas que dan cobertura, tienen el ancho de banda limitado y además, es compartido con todas las líneas que se conectan. Esta es la razón de que la velocidad máxima de conexión que se puede alcanzar, depende directamente del número de usuarios conectados en ese instante y el uso que estén dando a sus líneas. Este hecho, implica que cuando hay un número determinado de líneas haciendo un uso intenso en una antena en particular, penalizará la velocidad del resto de las líneas que estén conectadas a ella.

Afortunadamente, gracias a los avances y a la tecnología, las redes de telefonía se gestionan de manera inteligente, intentando equilibrar los aumentos de la demanda para que todos los usuarios conectados, dispongan de la mejor experiencia de conexión y navegación que sea posible. Aun así, las políticas de uso razonable son necesarias para poder controlar que los usuarios hagan de forma continua un uso de la red muy por encima de la media, lo que supondría un problema a largo plazo.

Tan necesarias como razonables, pero transparentes

Tomando conciencia de lo anterior, es cierto que estas políticas, son necesarias. Desde que las llamadas ilimitadas vieron la luz, ninguna de las mismas fue teóricamente ilimitada. Dentro de la letra pequeña de cada contratación, se detallaba que cada llamada no podía exceder de un máximo de minutos, que el computo total de minutos mensuales tampoco podía pasar de un limite y los destinos diferentes sin coste adicional, contaban también con una limitación. Lo más común era seis mil minutos al mes y ciento cincuenta destinos por lo que, verdaderamente, podían considerarse ilimitadas para la gran mayoría de los usuarios que hacían un consumo que les daba bastante margen. De ahí que las restricciones no estuvieran ocultas. Afectaban a un mínimo porcentaje de usuarios.

La llegada de los datos ilimitados y las restricciones de la letra grande, sin adentrarse en la pequeña, ya parecen tener la pretensión de impedir que se utilicen las tarifas de manera continua en sustitución de la conexión de fibra. La existencia de políticas de uso razonable y la experiencia de algunos usuarios, invitan a pensar que existen otra serie de limitaciones desconocidas.

Uno de esos limites ocultos fueron percibidos por usuarios de una de las primeras compañías de telefonía del país. Los clientes, descubrieron que aun contando con una tarifa de datos ilimitada, tras consumir cuatrocientos gigas, no podían navegar. Para otros usuarios, el tope estaba en mil gigas, la conclusión a la que se ha llegado para explicar esta diferencia, es que el limite de GB va en función del dispositivo desde que se realiza la conexión. Aun así, las políticas y condiciones de contratación no aclaran mucho al respecto.

Tras esta experiencia con una de las mayores compañías del país, sucedió algo similar con otra de las grandes. En este caso, los usuarios con datos ilimitados, recibían notificaciones en las que se les informaba de que habían superado el limite de los doscientos gigas. Después de confirmarse por parte de la compañía que había sido un error, la restricción se sitúa en los doscientos cincuenta gigas, según experiencias de otros usuarios. Aunque superado el límite se podía seguir navegando a una velocidad muy inferior.

En otros aspectos como la calidad del video en streaming, la restricción esta muy extendida, mientras que unas compañías hablan de calidad de resolución HD o 4K, otros operadores hablan de calidad DVD. Esto puede interferir en la visualización pues las pantallas que incorporan la mayoría de teléfonos actuales requieren de la calidad superior para un correcto visionado.

Se entiende que las políticas de uso razonable aplicadas a las tarifas con gigas ilimitados, son para usar sin límite desde el teléfono móvil o consumos ocasionales desde otros dispositivos, pero no como sustitutos de la fibra.

En resumen, la mayoría de los usuarios, en la práctica, disponen de sus datos y llamadas limitadas sin mayor problema ni restricción. La ambigüedad y falta de transparencia al respecto puede ser debido a la competencia que existe en el sector. Simplemente, por no facilitar información a la misma, pueden dejarse en el tintero los verdaderos matices de las normas de uso razonable a las que debemos atender.

No obstante, antes de contratar cualquier tipo de servicio, lo mejor es leer toda la letra, pequeña o grande y enterarse bien de lo que en realidad, nos ofrecen. Por lo general, no se suelen traspasar esos limites establecidos, por lo que no debe haber mayor problema.

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