Las mejores ideas de calzado para una fiesta de verano

zapatos

Voy a empezar por confesar algo: me encantan los zapatos. No porque sea mujer, ni por seguir tendencias, ni por parecerme a nadie en concreto. Me encantan porque con ellos puedo combinar una cantidad infinita de vestidos, pantalones, faldas, telas, colores y estilos.

Para mí, los zapatos son casi el punto de partida de un look. Y aunque no soy de seguir la moda al pie de la letra, me fascinan la ropa y los vestidos. Me lo paso genial creando combinaciones, probando con lo que tengo en el armario y descubriendo qué queda bien con qué.

Y como ya tenemos el verano encima y las fiestas no se hacen esperar, quiero compartir contigo las ideas que más me están inspirando para calzado de fiesta este año.

 

Sandalias de tiras finas

Si hay algo que no falla en verano es una buena sandalia de tiras finas. Las tengo en tres colores: negro, nude y dorado. Con eso cubro prácticamente cualquier combinación que se me ocurra.

Lo que me gusta de este tipo de sandalias es que estilizan muchísimo el pie, no abruman el conjunto y son súper versátiles. Si llevo un vestido largo de fiesta, con caída ligera o con abertura, unas sandalias doradas de tiras me dan ese punto elegante pero sin recargar. Para un look más minimalista, como un vestido tipo blazer o un conjunto de dos piezas, las negras quedan muy sofisticadas. Y las nude, ya sabes, son la solución mágica cuando llevas colores intensos o estampados.

Hace tiempo recibí un consejo de m50modacalzado, tienda de calzado online, que me asesoraron y aconsejaron que, si iba a estar mucho tiempo de pie, buscase las que tienen una plantilla mínimamente acolchada, porque mis pies descansarían.

 

Mules con tacón cómodo

Otra opción que me encanta para este verano son los mules con tacón sensato. Ya sabes, ese tipo de zapato abierto por detrás que se desliza fácil. Yo tengo unos en color beige claro que son perfectos para casi todo. Los suelo llevar cuando tengo una fiesta más informal, como una cena al aire libre, una celebración en una terraza o incluso un cóctel en la tarde.

El secreto está en que tengan un tacón de unos 4 o 5 cm, lo justo para estilizar pero sin dejarte los pies. Además, el diseño de los mules siempre da un aire sofisticado sin que parezca que te has arreglado demasiado. Combinan muy bien con vestidos midi, con faldas vaporosas y también con pantalones palazzo.

 

Alpargatas de cuña

No sé tú, pero yo no puedo pasar un verano sin mis alpargatas. Las de cuña alta, con cinta para atar al tobillo, son ideales para fiestas de día, celebraciones en jardines o eventos más relajados pero donde igual quieres ir mona. Las mías son de lino beige, y me gusta combinarlas con vestidos de estampado floral, especialmente los que tienen vuelo o estilo boho.

Si eres de las que quiere ganar algo de altura sin tener que usar tacón fino, las alpargatas son tus mejores aliadas. Dan mucha estabilidad, son cómodas para andar y el toque que aportan es muy de verano. No las recomendaría para fiestas demasiado formales, pero para bodas de día, bautizos o cumpleaños al aire libre, van genial.

 

Zapatos joya

Este año he descubierto una marca que hace zapatos joya preciosos y no muy caros. Me compré unos en tono champán con pedrería en la parte delantera y tacón ancho. Y madre mía, cada vez que los llevo me preguntan de dónde son. Estos zapatos son perfectos cuando el vestido es sencillo, sin mucho adorno. Por ejemplo, con un vestido liso de satén en color lila o azul cielo, los zapatos joya hacen que el conjunto parezca de pasarela.

Eso sí, hay que tener cuidado con no recargar el resto. Si el zapato llama mucho la atención, mejor llevar pendientes pequeños o evitar collares llamativos. Todo está en el equilibrio.

 

Sandalias planas elegantes

No todas las fiestas requieren tacones. Hay veces que simplemente no apetece, y eso está bien. Por eso me gusta tener al menos un par de sandalias planas pero bonitas. Las que uso para estas ocasiones tienen detalles dorados, una suela muy fina y correas de piel suave. Las combino con vestidos largos vaporosos o incluso con conjuntos de falda midi y top.

La clave está en que aunque sean planas, tengan un diseño cuidado: algún adorno metálico, una tira trenzada, un color sofisticado como el bronce o el blanco roto. Así no pierdes estilo, pero vas cómoda. Para fiestas de verano en la playa o cenas en casas con jardín, son la opción perfecta.

 

Plataformas, si eres bajita como yo

Yo antes era muy reacia a las plataformas. Me parecían demasiado bastas, poco femeninas. Pero este año cambié de opinión gracias a un modelo precioso que vi en una tienda local. Son unas sandalias de plataforma en color camel, con tiras anchas y hebilla. No solo son comodísimas, sino que estilizan muchísimo sin hacerte sufrir. Al tener toda la planta del pie elevada, la presión no va solo al metatarso como pasa con los tacones finos.

Estas plataformas van muy bien con vestidos más ajustados o cortos, porque equilibran la figura. También quedan genial con monos de fiesta. Eso sí, no las usaría con vestidos largos de telas muy ligeras, porque pueden dar una sensación de demasiado peso visual.

 

Tacones transparentes

Otra idea que sigue pisando fuerte este verano (y nunca mejor dicho) son los tacones con transparencias. Yo tengo unos con el talón cerrado, tira transparente en el empeine y tacón acrílico. Son como el comodín de los zapatos de fiesta. Al no tener color visible, combinan con absolutamente todo. Y lo bueno es que alargan la pierna visualmente, porque no «cortan» el pie con ningún tono.

Eso sí, hay que probarlos bien antes de comprarlos. Algunas versiones pueden hacerte sudar el pie más de la cuenta o dejar marcas. Pero si encuentras unos que se ajusten bien, son una maravilla.

 

Consejos finales para elegir zapatos de fiesta en verano

Después de probar muchas cosas (y de equivocarme también muchas veces), he aprendido algunas cosas que quiero compartirte. Son consejos sencillos, pero pueden ahorrarte un mal rato en una fiesta:

  1. Nunca estrenes el mismo día: por muy bonitos que sean, no te pongas unos zapatos nuevos por primera vez en una boda o en una cena. Úsalos antes, aunque sea en casa, para ver si rozan, si se adaptan, si te resbalas.
  2. Cuidado con el sudor: en verano, el calor puede hacer que el pie se deslice o que aparezcan ampollas. Por eso, si el zapato no tiene buena sujeción, mejor evitarlo. Yo siempre prefiero los que tienen algún tipo de ajuste: hebillas, tiras al tobillo, etc.
  3. Lleva repuesto si puedes: si sabes que la fiesta va a durar muchas horas, lleva en el bolso unas sandalias planas plegables o algo cómodo por si necesitas cambiarte. A mí me ha salvado más de una vez.
  4. Mira la suela: esto puede parecer un detalle menor, pero no lo es. En verano, muchas fiestas son en exteriores, y hay que ver si la suela se va a hundir en el césped, resbalar en piedra o hacer ruido en suelos lisos. Si puedes, opta por suelas de goma o material antideslizante.
  5. Piensa en el conjunto completo: a veces vemos unos zapatos ideales, pero no pegan con nada de lo que tenemos. Yo suelo pensar primero en el vestido o la ropa que voy a usar, y luego elijo el calzado. Eso me ha evitado muchas compras impulsivas que luego no sé cómo combinar.
  6. Prueba caminar un poco en distintas superficies: no basta con probártelos de pie frente al espejo. Camina un poco con ellos por casa, sube y baja escaleras si puedes, o al menos intenta moverte como lo harías en una fiesta. A veces, lo que parece cómodo al principio puede resultar un suplicio después de media hora caminando.
  7. Cuida tus pies: suena obvio, pero muchas veces lo olvidamos. Hidratar bien los pies antes de ponerte los zapatos puede ayudar a evitar rozaduras. Y después de la fiesta, un baño de pies o un poco de crema calmante es mano de santo. Yo tengo siempre una crema con mentol en la nevera y me la pongo al llegar a casa: es una maravilla.

 

Un zapato para cada ocasión (¡y para cada vestido!)

A mis 34 años no tengo un armario lleno de ropa carísima ni soy experta en moda, pero sí que he aprendido a observar lo que me queda bien y a sacar partido de lo que tengo. Y si algo tengo claro, es que un buen zapato puede levantar cualquier look.

Para una boda de verano al atardecer, mis favoritos son unas sandalias de tacón medio en color nude con algo de brillo. Si tengo una fiesta en una terraza o en un jardín, tiro de mis alpargatas de cuña o de unas sandalias planas bonitas. Para salir a cenar o ir a una fiesta más formal, opto por mules o tacones finos según el vestido. Y si la fiesta es muy glamurosa, saco los zapatos joya.

No es cuestión de tener veinte pares, sino de tener cinco o seis que realmente te sirvan para varias ocasiones y que puedas combinar con lo que ya tienes.

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