Cambio de fondo de armario

No sé vosotras pero mis amigas y yo solemos utilizar el cambio de estaciones para renovar nuestro fondo de armario y lo hacemos cada año. Normalmente lo que hago es hacer el cambio de ropa de invierno a la de verano, o viceversa, y al ir ordenándola en el armario desecho aquella ropa que el año anterior no me puse, bien por vieja, desgastada, pasada de moda o porque ya no me viene o no me gusta, y luego, en rebajas (enero y agosto) me compro aquello que me falta. ¿Hacéis lo mismo vosotras?

Imagino que cada una tendrá su táctica para renovar el armario. Mi hermana, por ejemplo, que cumple los años en mayo, siempre pide a la familia que le regale ropa o le den dinero para ropa como regalo, tanto en navidad como en su cumpleaños, y así se renueva un poco el vestuario tanto en invierno como de cara al verano. Tampoco es mala idea porque así aprovecha los regalos que suelen hacerte en esas fechas para comprar ropa pero es que a mí me gusta más asegurarme de poder ir yo a comprarla, no vaya a ser que a mi madre le dé por regalarme algo terriblemente hortera y luego tenga que ponérmelo en visitas y reuniones para no quedar mal.

Y es que mi madre tiene un gusto pésimo para vestir. En casa creemos que se ancló a los años 80 de alguna manera que nadie puede entender porque es incomprensible que le guste la ropa que lleva y, lo más terrible de todo, es que luego ve chicas y mujeres de su edad vistiendo con moda actual y se piensa que están “fuera de onda”, o eso dice ella. Así que, este año, mi hermana y yo vamos a darle una sorpresa. Ella cumple los años el 22 de junio y le hemos comprado una tarjeta regalo de Marta San Miguel. Para los que no la conozcáis os diré que es una de las personal shopper más famosas de Madrid y su fama es bien merecida porque es buenísima. Yo he presenciado cambios estéticos en gente que ha trabajado con ella que me han dejado alucinada.

La idea es que el día 22 se presente Marta en la puerta de casa de mi madre, donde ya la estaremos esperando mi hermana y yo, para darle la gran sorpresa. Pueden pasar dos cosas conociéndola: la primera es que se vaya de compras con ella y no le guste nada de lo que le proponga, se empecine en seguir con su estilo y la pobre Marta acabe decepcionada por no haber conseguido cambiar su look, o la segunda opción es que consigamos nuestro objetivo, renueve un poco el armario y descubra por fin lo que puede dar de sí pasarse al siglo XXI.

Blusas ochenteras y pantalones de campana

Para que os hagáis una idea os contaré que tiene tres monos vaqueros para diario, varias camisas con hombreras y camisetas florales bastante ridículas. Es de las que cree que llevar calcetines con las bailarinas no merceditas queda bien y, por si eso fuera poco, tiende a comprarse vestidos hippies que luego lleva tanto para ir a comprar el pan como para salir a cenar con mi padre… ¿os lo podéis creer?

Sinceramente, espero que con nuestro regalo se vea diferente y abra un poco los ojos aunque, sino, ella seguirá siendo única y nosotros seguiremos aceptándola tal y como es.

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