Los seres humanos podemos tener preocupaciones prácticamente por cada asunto que rodea a nuestra vida. Por lo general, la gente suele querer hacer las cosas bien y siempre que eso no es posible aparecen las dudas y los miedos, lo que hace que inevitablemente aparezcan las preocupaciones de las que os estamos hablando. Es inevitable que así sea y, de hecho, por mucho que queramos no tenerlas, vamos a seguir pasando por situaciones así. La vida sería demasiado bonita sin las preocupaciones que nos asolan a diario y que tantas horas de pensamiento nos conllevan.
¿Qué clase de cosas son las que nos pueden preocupan? Hacer una clasificación es algo subjetivo puesto que cada persona es un mundo, pero sí que es cierto que hay una serie de temas que son más o menos comunes. Uno de ellos es el que tiene que ver con el trabajo, el dinero y el contexto en el que va encontrándose la economía. La relación con nuestra familia, que en muchos casos no suele ser la mejor, también influye. Y el paso de los años y cómo eso nos afecta también tiene una influencia muy grande en esas preocupaciones.
El paso de los años nos ofrece experiencia pero nos quita muchas cosas. En primer lugar, nos va quitando vitalidad y energía. En segundo lugar, nos hace preocuparnos por un aspecto como la muerte, después de la cual nadie sabe lo que pasa. Y, finalmente, ese paso del tiempo nos preocupa por el hecho de que nuestra imagen física se va deteriorando conforme avanzan los años. Y claro, es evidente que, después de vernos jóvenes y guapos y guapas, no es de recibo encontrarnos con una cara surcada por las arrugas cuando nos miramos en el espejo.
Una noticia que vio la luz en la página web de El País durante el mes de octubre de 2016 indicaba que las arrugas no son lo que nos hace parecer mayores. Nosotros no creemos que sea idóneo vender a la gente una falsa realidad. Hay que ser claros: las arrugas sí nos hacen parecer mayores. Por eso, hay tanta gente que desea quitárselas de encima o que muestra preocupación cuando empiezan a aparecer en su cara. Nos parece lo más normal del mundo y está bien que queramos hacer todo lo posible por evitar que las arrugas gobiernen nuestra cara.
Nos parece lógico que, en el año 2022, siga habiendo millones de personas en todo el mundo que están deseosas de eliminar cualquier signo de la edad en sus caras. En España, teniendo en cuenta que la generación del Baby Boom se encuentra ya en las mismas puertas de la jubilación, es normal que la demanda de todo tipo de productos y tratamientos antiedad sea una de las grandes tendencias de este año. Así nos lo han indicado desde Medyglobal.
Nunca hay que dejar de luchar contra los signos de la edad
Hay un par de cosas que queremos dejar claras antes de pasar a la recta final de este artículo.
- La primera de ellas es que nadie se debe avergonzar de la edad que tiene. A fin de cuentas, envejecer y hacerlo bien debería ser el propósito de todo el mundo en esta vida.
- En segunda instancia, queremos puntualizar que combatir los signos de la edad no tiene necesariamente que ser un acto que evidencie esa vergüenza por nuestra edad. Si alguien quiere prevenir la aparición de arrugas en su cara debe hacerlo por sentirse bien consigo mismo o misma, no por tener más o menos años.
Ni que decir tiene que, a día de hoy, contamos con una serie de productos y técnicas que son más efectivos que nunca a la hora de combatir esos signos de la edad. Por eso, solemos animar a todo el mundo a que pruebe a consumirlos si realmente lo desea. Hoy en día, tantos los productos como las técnicas de vanguardia están testados a más no poder y no se encontrarían a disposición del público si no contaran con la seguridad de que cumplen con los objetivos para los cuales son creados.
Ojalá que haya más y más gente que se anime a conquistar una mejor imagen para su cuerpo y cara. La confianza en sí mismo o misma es una de las cuestiones que se ve beneficiada de una manera más positiva cuando procuramos combatir los signos de la edad. Y ese, el de la confianza en nosotros y nosotras mismas, es un factor del que nunca nos podemos desprender. Es una de las herramientas que más falta le hacen al ser humano y no cabe duda de que, con ella de nuestro lado, podemos conseguir prácticamente cualquier cosa que nos propongamos. Eso sí que sería bienestar.
